En la actualidad, uno de cada cuatro peruanos pertenece a la generación millennial (nacidos de 1981 a 1995) que representa más de la mitad de la fuerza laboral nacional y se proyecta que en los próximos 10 años ocupen dos de cada tres empleos en el Perú.
“Por esta razón, es importante considerar que las tendencias de evaluación de desempeño han cambiado y cambiarán según la mentalidad de esta generación, que valora la innovación, la evaluación por objetivos, encontrar espacios de colaboración horizontal y obtener mejores resultados a través de una calidad de vida armónica”, explica Patricia Padilla, HR Consulting Manager de CL Selection.
De acuerdo a Harvard Business Review, hoy, alrededor del 40 % de las empresas a nivel mundial ya han reemplazado totalmente las revisiones anuales por sesiones informales frecuentes de feedback entre jefes y colaboradores, mientras que el 70 % de las compañías multinacionales se están moviendo progresivamente hacia este modelo.
“En el Perú observamos la misma tendencia, las organizaciones más importantes vienen incorporando prácticas como el ‘home office’ o ‘flex time’. Asimismo, están implementando oficinas abiertas y sin divisiones, donde los colaboradores son evaluados por su capacidad para alcanzar o superar sus objetivos, no por la cantidad de horas que permanece en la oficina o por su antigüedad en la compañía”, precisa Patricia Padilla.
Según sostiene la HR Consulting Manager de CL Selection, las empresas trasnacionales de tecnología fueron las pioneras en implementar este estilo en el mercado local, seguidas por las compañías de telecomunicaciones, consumo masivo, banca, seguros y servicios en general. Sin embargo, aún hay sectores como el agrícola y el minero-energético que aún no implementan del todo dichas prácticas, ya sea por el giro de sus negocios o las funciones que desempeñan ciertas posiciones laborales.
En efecto, hace más de una década se rompió el paradigma de la evaluación de desempeño anual, introduciéndose una forma más efectiva de reforzar los comportamientos deseados y gestionar el desempeño: el feedback instantáneo alineado a los objetivos de los individuos.
El feedback está enfocado en mejorar el desempeño de los colaboradores a través de herramientas como el coaching y la gestión eficaz del talento, así como otorgar recompensas intrínsecas, como el crecimiento personal, un óptimo balance vida – trabajo y el desarrollo académico – profesional. Mientras que el enfoque tradicional se basaba en motivar a los colaboradores destacados con dinero y desvincular a los que se consideran por debajo del promedio.
“La experiencia de los últimos años ha evidenciado el impacto que tienen las buenas prácticas de gestión del talento como el feedback fluido, espacios de creatividad con un enfoque multidisciplinario así como horizontal donde la productividad se incrementa por el hecho de que los colaboradores se motivan significativamente cuando se identifican con la empresa al sentirse valorados y existe armonía en su balance de vida en general”, concluye Patricia Padilla.