La educación en línea es una verdadera alternativa para quienes no tienen el tiempo suficiente de estudiar; pasó de ser un simple recurso a una realidad que ha transformado los ambientes de aprendizaje.
A pesar de los avances investigativos y tecnológicos que hay en este tema, se siguen desarrollando productos con una evidente ausencia de calidad, que además son aburridos, lo cual genera una mala percepción en los estudiantes que han experimentado este tipo de cursos online.
Por eso, es importante que los usuarios se fijen en ciertos elementos para determinar qué tan bueno es un curso online y si vale la pena invertir en él.
De acuerdo con Marta Forero, COO de UBits, una de las start ups más importantes de elearning en el país, esto es lo que se debe mirar:
El experto: este aspecto es uno de los más claves al dictar una clase online. El experto debe conectar con el estudiante y generar tanto empatía como credibilidad. Muchas veces tenemos expertos con currículos impecables y suficiente experiencia, pero no conectan con la cámara. Es muy importante tener cuidado con la búsqueda de estos expertos, ya que no basta con haber dictado una clase presencial.
La producción creativa: «tenemos la gran responsabilidad de enganchar al estudiante para que continúe sus cursos» afirma Forero. La producción desempeña un papel clave en esto. Un buen recurso creativo puede ser una mezcla entre videos con animaciones, imágenes de apoyo y presentaciones interactivas.
«Sin embargo, no debemos abusar de ellos ya que se pueden convertir en elementos de distracción. Adicionalmente, se debe tener en cuenta que el uso del color, los tamaños de los recursos y las tipografías en e-learning son diferentes a las que se usan en los impresos tradicionales con que se estudia en un centro educativo presencial«, puntualizó.
Comunidades: en los cursos virtuales la soledad del estudiante es una de las mayores consecuencias de deserción. El estudiante siente que no conecta con el contenido, se siente aburrido y por lo tanto termina desertando del curso. Al crear comunidades alrededor de temas en común se le permite al estudiante generar aportes, integrarse con su comunidad y encontrar nuevos intereses. Esto se puede crear por medio de foros, wikis y comunidades privadas en redes profesionales como LinkedIn. Recuerde que un curso virtual no se trata solamente de entregar contenido, también se debe buscar la interacción.
Navegación intuitiva: «al interior de un curso se le debe permitir al estudiante conocer cuáles son los siguientes pasos en sus estudios y dónde puede encontrar los recursos que necesita. Este es uno de los grandes retos en educación. No es solo tener una plataforma educativa de última tecnología y saturar al estudiante con recursos; se trata de usarla apropiadamente y saber cómo integrarla con el curso», afirmó.
El tiempo: las personas hoy en día tienen una capacidad de atención baja. Es por esto que el tiempo es un factor importante. «Recomendamos videos cortos de no más de 7 minutos y lecturas sintetizadas. Adicionalmente, es necesario tener en cuenta el método asincrónico para que el estudiante vaya con la velocidad que él decida».
Los objetivos de aprendizaje: es muy importante que el estudiante entienda por qué está realizando el curso y si es el apropiado para él. «Hacerles una introducción sobre qué van a recibir en cada módulo es la mejor forma para que el estudiante elija si el contenido es el que espera. Asimismo, se debe informar previamente cuándo hay un prerrequisito de conocimiento, ya que al enfrentarse a un contenido avanzado que no entiende, puede ocasionar malas experiencias de aprendizaje», finalizó.