Pese a que diversos organismos internacionales, ratificados por el Perú, tales como la ONU y la OIT, rechazan el trabajo infantil; en el país se siguen dando miles de casos de explotación laboral a menores de edad. Esto se evidencia en una encuesta realizada por Trabajando.com a más de 2.500 personas, el 18% de las empresas peruanas reclutan hoy a niños como fuerza laboral.
El Estado peruano se ha propuesto, un Plan Nacional 2002-2010, para “erradicar las peores formas de trabajo infantil y reducirlo en un 50%”; además, existen leyes como la Nº 27337, que resguardan el derecho a trabajar de los adolescentes y establece como la edad mínima para trabajar desde los 12 años según tipo y modalidad de actividad. Se requiere un mínimo de 14 años para labores agrícolas no industriales, 15 años para industriales, comerciales o mineras y 16 años para pesca industrial.
Para evidenciar el panorama de los menores trabajadores del país, Trabajando.com realizó una encuesta a más de 2.500 personas, el 18% de ellas reconoció que en su empresa se contratan a niños. Mientras que el otro 82% señaló lo contrario.
Los menores se emplean principalmente en el sector agropecuario, ganadero, pesquero y minero. Que no tengan la edad mínima para trabajar, pero de todas formas lo hagan, se agrava mucho más al constatar que, según la OIT, el 70% de ellos trabaja en condiciones peligrosas.
Hoy miles de niños siguen cumpliendo obligaciones de adultos en el país, ya que según cifras de la OIT, 3.3 millones de niños y adolescentes entre los 5 y 17 años trabajan actualmente en Perú, es decir el 42% de la población del país.
A quienes han sido testigos de cómo en su lugar de trabajo, se da pie para que los niños y jóvenes trabajen, se les preguntó si estaban de acuerdo con esta práctica, el 29% señaló que no, ya que ellos deben estar estudiando y no trabajando; sin embargo, un 27% está de acuerdo con que se empleen, pues “necesitan contar con un ingreso para ayudar en sus hogares”, le sigue un 24% que desaprueba que los niños trabajen, pues esto no es para ellos. Finalmente, el 20% restante, lo considera apropiado pues dice que ellos desempeñan bien su trabajo.
Es de esperar que la gran mayoría de los peruanos reprochen esta tendencia de reclutar menores que no están en edad de trabajar, está comprobado que esta práctica es totalmente perjudicial para ellos, porque ponen en riesgo su salud física y emocional, además deben tomar obligaciones que no les corresponden a esa edad, lo que obstaculiza los procesos de adaptación y maduración normal.
Sumado a lo anterior, aparece una consecuencia, quizás aún más grave, y es que al trabajar se les frena el acceso a la educación, y con ello, se hace más complejo poder salir algún día de la pobreza en que se encuentran sus familias; por tanto, el círculo vicioso no acaba. Según datos de la OIT, el 19% de los adolescentes peruanos menores de 17 años, no va a la escuela.
Por todo lo mencionado, resulta fundamental que la sociedad tome medidas respecto al trabajo infantil. El 43% de los encuestados cree que debieran darles mayor capacitación para que tengan más oportunidades cuando sean mayores, un 35% señala que no debiesen permitirles trabajar, otro 23% en tanto, cree que la solución pasa por entregarles oportunidades de empleo adecuadas para ellos.
Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú, señala que “la principal causa del trabajo infantil radica en la pobreza, y esta se explica principalmente en el escaso acceso a la educación, además de las limitadas opciones de empleo para los adultos, quienes ante la dificultad de encontrarlo, instan al resto de su familia, incluido niños, a aportar ingresos al hogar”.
El country manager agrega que “el principal desafío tanto para la sociedad, instituciones de educación y el gobierno, es integrar a estos menores vulnerados a través de políticas públicas y privadas que permitan mayor acceso a la educación y con esto, ayuden a mejorar sus expectativas futuras sociales y económicas. Para las empresas en tanto, la recomendación es cooperar con el desarrollo de estos menores y evitar reclutarlos para tareas que debiesen ser exclusivas para los adultos”.
