1. Conocer los retos físicos y psicológicos de la reincorporación laboral. La vuelta al trabajo supone el reencuentro del trabajador con uno de los aspectos más importantes de su vida: su actividad profesional.
Esta vuelta a la normalidad tiene múltiples efectos positivos en la recuperación física y emocional de la persona, pero también puede ser causa de miedos y preocupaciones: temor a no rendir como antes, incertidumbre por cómo va a relacionarse con otros compañero, por eso, es muy importante ser empáticos con su situación, ayudándoles a ganar seguridad.
2. Ayudar al trabajador a combatir la ansiedad. La reincorporación laboral tiene que realizarse de manera progresiva y paulatina, manteniendo un diálogo abierto y facilitando las vías adecuadas para que sea lo más flexible posible.
En este sentido, una buena idea es fijar un calendario de reuniones para tratar su evolución en el puesto de trabajo. Además, se recomienda poner a su disposición herramientas de apoyo específicas, tales como apoyo psicológico gratuito o asesoría laboral.
3. Reforzar la red de apoyo. Contar con una red de apoyo dentro de la empresa es un factor clave para el éxito de la reincorporación laboral. Por eso, una iniciativa muy interesante para reforzar el compañerismo es poner en marcha sesiones interactivas con preguntas y respuestas sobre esta enfermedad. Además, es muy importante incluir al empleado en los proyectos y actividades sociales en las que se haría habitualmente, con total normalidad.
4. Facilitar la conciliación laboral y familiar. La persona necesitará, por parte de la empresa, ciertas concesiones: descansos periódicos, llamadas personales, ausencias por el tratamiento o por cita médica, posibilidad de teletrabajo, etc.
Además, puede ser interesante apoyar la implantación de herramientas de telemedicina en la empresa, de gran ayuda para empleados tras un cáncer: gracias a ellas, pueden controlar mejor su estado de salud, resolver algunas dudas médicas que puedan surgir, y obtener apoyo psicológico.
5. Fomentar el autocuidado. Muchos empleados que superan un cáncer quieren recuperar el control de su salud y bienestar. Esto significa que la empresa debe convertirse en un agente activo de promoción de la salud, brindando acceso a la información y a las herramientas necesarias para cuidarse.
Asimismo,una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad. El objetivo es concienciar de que un estilo de vida saludable contribuye a prevenir la aparición de muchas enfermedades, entre ellas, el cáncer.
El enfoque y apoyo que se brinde desde RRHH debe ser holístico y estar presente a largo plazo, y no solo durante los primeros días o semanas. Así, es importante crear una cultura laboral con pautas de actuación adaptadas a las necesidades específicas de las personas que vuelven a su actividad profesional al superar esta enfermedad.
Fuente: ObservatorioRRHH