Los compañeros de trabajo deben “cocinar” a diario informes, presupuestos, inventarios, etc…¿Qué mejor plan para relajarse luego de una ardua jornada laboral que aprender a preparar un menú italiano o japonés , guiados por reconocidos chefs?
Expertos aseguran que la cocina, además de relajar su mente entre olores y sabores, ofrece un espacio terapéutico que permite mejorar las relaciones interpersonales. Así se fortalece el trabajo en equipo y las herramientas de comunicación dentro de un grupo de compañeros de oficina.
Es por ello que luego de nueve años en la industria de la educación e investigación gastronómica, el reconocido Gato Dumas Colegio de Cocineros lanzó un nuevo formato de cursos para ejecutivos, que incentivan la integración y el buen trabajo en equipo.
“Notamos que la cocina era un fuerte factor vinculante e integrador de las personas que tomaban nuestros cursos. Se generaba una integración muy rápida entre desconocidos, lo cual es una de las falencias en el entorno laboral, según especialistas en este tema. Por ello, decidimos crear clases enfocadas a ello”, explicó Carolina Parra, directora y fundadora de Gata Dumas Colombia.
¿Estuvieron asesorados por profesionales? Si, luego de contar con una estructura ideal para afianzar las relaciones entre ejecutivos dentro de una empresa, los cursos fueron probados por especialistas en recursos humanos de compañías como Aviatur y la Universidad de Los Andes.
La retroalimentación de estos profesionales fue fundamental para abrir los cursos a ejecutivos y directivos de empresas. “Es un rompehielos” maravilloso. Al principio de la actividad se nota que hay personas que no se conocen mucho o están algo distantes, pero ya hacia el final de la clase la integración es impresionante. Los expertos aseguraron que la confianza, el compartir los platos y revisar los resultados en forma constructiva fueron una experiencia muy positiva”, explicó Parra.
De acuerdo con Alexandra Martinez Roa, especialista en procesos de desarrollo humano, “las fortalezas de las personas están alineadas con lo que ellos disfrutan hacer. A través de actividades como la cocina se puede ver claramente cuáles son las competencias fuertes y los aspectos a desarrollar de la gente. Todo esto en un espacio divertido y de sano crecimiento para la persona y para el profesional”.
Así mismo, estimula la sana integración en un espacio que le permite a los involucrados: ser ellos mismos, descubrir nuevas formas de lograr resultados, poner a prueba sus fortalezas y habilidades o identificar aquello que no disfrutan. La conclusión de los expertos es que la cocina mejora la calidad de vida y repercute positivamente tanto en los aspectos cotidianos y personales de quienes la practican, como en el ambiente interno de las compañías que promueven este tipo de actividades.
Tipos de clase
Los cursos están diseñados en dos modalidades. La primera es de integración pura: “en esta recibimos al grupo con un coctel o una copa de vino y pasantes. Las personas deciden si quieren interactuar o solo observar, pues no es obligatorio participar en la preparación. Cada uno toma el rol en el que se siente más cómodo, y mientras unos cocinan con el chef, otros toman nota”, explica la directora de Gato Dumas, Carolina Parra. Al finalizar, todos se sientan a degustar sus platos.
El segundo curso está más enfocado a detectar características de liderazgo, el manejo de la relaciones y la responsabilidad para manejar los recursos.
“Se trata de un juego de roles, donde al equipo se le pone un reto: preparar un menú. Se dividen en brigadas y cada una tiene la responsabilidad para tener lista la cena. Aquí se pueden detectar comportamientos naturales que a veces en un proceso de selección no se suelen notar”, explica Parra.
Fuente: larepublica.com.co