La mayoría de veces perdemos minutos respondiendo un mensaje de Whatsapp o revisando el Facebook mientras nos encontramos trabajando, lo cual interrumpe nuestra concentración y prolonga el tiempo que teníamos calculado para la realización de tareas.
Es difícil omitir alguna alerta que llega al teléfono, pero debemos tener en cuenta que nuestro rendimiento se verá afectado si no cambiamos este mal hábito. A continuación, tres consejos para desengancharte del móvil en horarios de oficina:
Silenciar notificaciones. Si el timbre del móvil hará que interrumpamos cada cierto tiempo nuestras actividades, es preferible silenciar las notificaciones. No por ello estaremos atentos a que la pantalla se encienda.
Es importante hacer los ajustes correspondientes para priorizar posibles alertas de familiares, ante alguna emergencia. Por lo demás, los amigos pueden esperar hasta la hora del almuerzo o salida.
Establecer momentos. Es recomendable establecer pequeños intervalos durante la mañana y la tarde para ojear el teléfono, sea revisar la bandeja personal, solicitudes en las redes sociales o percatarse de algún evento programado.
Fuerza de voluntad. Laborar en una oficina permite desarrollarnos con cierta libertad. Es por eso que al lado del ordenador, encontramos tazas, algunas fotografías y el celular. Como si fuese el escritorio de nuestro hogar.
La tentación de mirar el teléfono cada cinco minutos debe desaparecer situándonos en lo adverso, pensando en ‘’qué pasaría si mi jefe me viera’’ o calculando el tiempo que perderíamos al interrumpir nuestras actividades.