El departamento de RR.HH forma lo que se denomina el “eje estratégico” de la empresa. Desde él se ejecuta la estrategia organizativa de la compañía y se trabaja para el desarrollo personal y profesional de los empleados.
Por tal motivo, tal y como destacan desde el startup Woffu, «es vital la buena gestión de este departamento para la efectividad y productividad de toda la empresa». Pero ¿cómo diagnosticar que algo va mal?
Aquí te dejamos cinco síntomas claros:
- Fomento de una competitividad agresiva. No son pocas las empresas en las que se trabaja para fomentar, ya sea directa o indirectamente, la competitividad entre empleados. Sin embargo, hay que impulsar a los empleados para que valoren el trabajo de los demás y no motivar la perfección extrema.
- Excesiva rotación y fuga de talento. Esta situación durante la crisis era habitual. Los profesionales preferían rotar entre las vacantes de su empresa, antes que marcharse y nadar a la deriva. Pero, hoy, puede indicar que los procesos de selección no se están haciendo bien. Tal y como afirman desde Woffu esto puede hacer perder mucho tiempo y dinero a las empresas, que estan formando a empleados para que ejecuten correctamente sus tareas en los nuevos puestos.
- Inflexibilidad laboral. En la era de la conciliación laboral, cada vez son más los profesionales que piensan y exigen mayores posibilidades para conciliar. Al mismo tiempo, se recomienda crear modelos laborales más individualizados, que fomenten la corresponsabilidad por ambas partes y que sean útiles de verdad para los trabajadores. Solo de este modo estarán dispuestos a comprometerse.
- Incertidumbre y falta de objetivos con respecto a las metas profesionales pueden terminar desmotivando a los empleados. Para revertirlo, «lo más importante -según Woffu- es que el profesional tenga claras sus perspectivas profesionales y que vea que su trabajo es útil, valorado y recompensado”.
- Descenso del rendimiento y la productividad. Un buen rendimiento es vital para cumplir con los objetivos de la empresa. Los factores que pueden afectar a un descenso de la productividad son múltiples: desmotivación, falta de planificación, descuidar la felicidad de los empleados, los asuntos personales de los empleados etc.
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