Trabajar en equipo ayuda a que las ideas se hagan realidad, o puede pasar también lo contrario. Por un lado, una idea aislada puede tomar forma con la ayuda de otras personas. En tanto, si no existe compromiso, una reunión para dar ideas sobre algo podría terminar en relajo.
Es por ello que para muchos creativos, es mejor empezar en soledad, y después incorporar más gente para tener una lluvia de ideas. Otra manera de obtener resultados es pedirle a los miembros de su equipo que trabajen por separado y que aporten sus notas en una lluvia de ideas de grupo.
“El beneficio de esta sinergia es que alguien puede tener una idea excelente acerca de algo, pero no saber nada de otras cosas. Además, este sistema puede inspirar a otros para cuadrar todos los componentes al final”, dice el doctor R. Keith Sawyer, profesor de psicología, educación y negocios de la Universidad de Washington y autor de Genios en grupo: el poder creativo de la colaboración (Group Genius: The Creative Power of Collaboration).
Una reunión creativa, señala Sawyer, debería tener entre dos y 10 miembros, no más. Si cada uno tiene un perfil diferente, habrá mucha mayor pluralidad o, como la llaman los expertos, “diversidad cognitiva”. Luego de una primera reunión, planea una sesión de seguimiento para ver si alguien ha pensado en una nueva forma de llevar a cabo las ideas propuestas en la junta anterior.
Si es el líder de una compañía, busque formas de alentar el trabajo en equipo y la comunicación. El portal Entrepreneur sugiere algunos tips para hacer que las lluvias de ideas sean un éxito en su oficina.