Es clave para la productividad que los miembros del equipo de trabajo estén motivados, ya que aprovecharán más el tiempo y los recursos que se le asignan.
Muchas veces la motivación va más allá de un incentivo monetario. Cuando se establece un grupo sólido, es importante trabajar el salario emocional, en la que se realicen las actividades en un ambiente agradable, libre de tensiones y donde se inviertan los esfuerzos para concretar los objetivos.
Capacitaciones y entrenamiento. El colaborador valora que una empresa invierta en su desarrollo profesional, lo cual beneficiaría a ambas partes pues aplicaría lo aprendido en sus horas de trabajo.
Ganar responsabilidad y empoderamiento. Los integrantes del equipo esperan tener autonomía en sus actividades y que se establezcan metas profesionales como parte del reconocimiento.
Familia y tiempo personal. Horarios flexibles, el trabajo a distancia y los días libres en fechas festivas como los cumpleaños, son muy valoradas por los empleados.
Incentivos grupales. Fomentar actividades extralaborales, como excursiones, cenas o reuniones que mantendrán unido al grupo.
Premios. Establecer metas dentro de las actividades para incentivar al equipo a que cumplan con sus propósitos y retribuir el esfuerzo con bonos de consumo, pases a actividades culturales o una sesión de masajes, todo sería bien recibido por el personal.