Hay Group, una consultora global de management, encontró en uno de los estudios que realizó entre todas sus oficinas que las que contaban con colaboradores motivados eran 43% más productivas que el resto y eso se replica en todas las organizaciones.
“Un colaborador que no está motivado tenderá a cumplir con lo estrictamente necesario para no ser despedido. Un colaborador motivado, sin embargo, pondrá un mayor nivel de esfuerzo, creatividad y estrategias a su trabajo por lo que conseguirá mejores resultados”, explicó el consultor Nelson Portugal.
Precisó que existen muchas señales de la desmotivación pueden ser variadas y cambian según cada persona.
Pero ¿qué origina esta desmotivación?, pues el especialista indicó que es importante reconocer qué es aquello que mantiene motivados a los ejecutivos.
- La percepción del futuro Según Portugal, cuando una persona considera que su futuro no es prometedor, entonces la motivación se pierde. “De hecho, mientras más emocionante luzca el futuro de una persona mayor será su motivación para hacerlo realidad. Por ello, es importante que los líderes de las organizaciones conversen con los miembros de su equipo para conocer cuál es la percepción que tienen sobre lo que está por venir y en base a la respuesta puedan intervenir de forma adecuada”, agregó.
- El nivel de estabilidad emocional En este caso, señaló que una persona pierde la motivación por alcanzar buenos resultados profesionales cuando no se encuentra estable emocionalmente.
En este sentido, consideró “crucial” que se promueva este equilibrio en los colaboradores de las empresas a través de cuatro estabilizadores emocionales: la calidad de su relación familiar, la amplitud y cercanía con su círculo social, el nivel de pasión que siente al realizar sus actividades diarias y la frecuencia de prácticas espirituales. - El reconocimiento El especialista mencionó que las personas buscamos ser apreciados por el trabajo que hacemos y cuando sentimos que nuestro esfuerzo no es valorado, entonces nuestro nivel de motivación baja.
