Las razones que pueden mover a una persona a buscar un nuevo empleo quizá no sean siempre las correctas. Por eso, antes de tomar una decisión tan importante, como la de renunciar al actual empleo en el que uno se encuentra, es más que necesario preguntarse lo siguiente: ¿por qué quiero dejarlo?
Sobre todo, porque no es lo mismo alejarse del empleo después de analizar lo que está realmente sucediendo en la empresa que hacerlo por algo personal.
Responder a esto es muy importante para priorizar lo que uno busca respecto a su crecimiento profesional.
De acuerdo con encuestas realizadas por Bumeran.com, al poner la lupa sobre las razones que hacen perder el encanto sobre un trabajo, el 62% de los trabajadores refiere que si no hay posibilidad de crecimiento se fijaría en otro empleador.
No “ser retado” con nuevos desafíos impulsaría a tomar esa decisión a un 17% de profesionales, así como no conseguir avances en cuestión salarial y un mal ambiente laboral, también los haría desertar para buscar otra oferta. Aunque pueden resultar obvias las siguientes preguntas sobre las razones que motivan un cambio de empleo, realmente no lo son porque lo que se requiere son respuestas claras y transparentes que fundamenten ese cambio.
¿Qué tipo de crecimiento, y no necesariamente entendido como promoción, es el que deseo?; ¿puedo obtener eso en este lugar, en otra área?; ¿mi deseo de cambio es porque quiero reinventar lo que sé, para enfocarme en algo que disfruto más o porque no me han dado la jefatura y solo falto yo –entre mis amigos– para llegar a ese puesto?; ¿soy o he sido director y ahora me interesa poner a prueba lo que sé en otras estructuras?