Los lunes son recibidos con cierta resignación por parte de casi toda la fuerza laboral, muchas veces debido a una mala planificación de los pendientes relegados a este día o por el simple hecho de que no se volverá a descansar dentro de cinco días.
«Si no fuera por los lunes, no nos gustarían tanto los viernes». Esta frase es una de las más usadas por las personas que consideran al primer día como uno de los más difíciles de la semana. Sin embargo, tiene mucho sentido.
Un buen domingo. Realizar actividades deportivas y de ocio, pero que nos mantengan en constante movimiento, permitirán recibir el lunes con energía. Un domingo en la cama viendo películas resaltará la diferencia con el día siguiente, pues nuestro cuerpo estará acostumbrado a no hacer nada y puede afectar en nuestro rendimiento.
Música. Una vez llegada la mañana del lunes, es recomendable escuchar la música de nuestro agrado para amenizar las labores que realizamos. Siempre y cuando no interrumpan nuestra concentración.
Optimismo. Solo hay un lunes a la semana, es necesario enfocarse en la solución de tareas para poder tener el resto de días no tan cargados.
Minutos de relajación. Durante media mañana y después del almuerzo, según expertos es preferible hacer ejercicios de estiramiento en nuestro sitio, estirar las piernas y tomar impulso para seguir con las actividades.
Valorar el trabajo. No puede agobiarte ir un lunes a un empleo en el cual no te sientas cómodo.
Comida balanceada. Es bueno para tu salud y permitirá está fresco todo el día, aunque tengas que afrontar la tensión de los trabajos y te impedirá caer en la tentación de los dulces que poco a poco te pueden hacer ganar peso.
Objetivos. Ver el lunes como un reto y afrontarlo por niveles, de esta forma lúdica, podemos ir clasificando la importancia de los pendientes y concretarlos paso a paso.