La pandemia impactó el funcionamiento de las empresas y cambió muchos de los perfiles profesionales que tenían en sus filas. Las nuevas necesidades exigieron nuevos objetivos, estrategias y personas para hacer frente a la demanda de un escenario post pandémico.
Giselle Rodríguez, Talent Connect de LHH DBM Perú, precisa que, cuando hablamos de perfil profesional, nos referimos a la descripción de los aspectos más relevantes que hace una persona, luego de un exhaustivo análisis, de su trayectoria laboral o profesional. En esta descripción se deja en claro en qué es experto y cuáles son sus principales fortalezas o capacidades.
Esta descripción debe contemplar información valiosa sobre su formación profesional, experiencia, logros, competencias (técnicas y blandas) y, sobre todo, del valor agregado que puede ofrecer desde su rol.
Agregó que los ejecutivos peruanos saben que es necesario tener un perfil profesional bien elaborado y completo, pero no le dan verdadera importancia hasta necesitarlo, que es usualmente cuando emprenden una búsqueda activa de empleo. “Es ahí recién cuando toman conciencia de su utilidad y se esmeran en trabajar en su perfil profesional, como una de sus más potentes herramientas de marca personal”, dijo.
Sin embargo, ¿Las empresas tienen claro los perfiles profesionales que requieren para operar eficientemente? Frente a esta pregunta la especialista brinda algunas recomendaciones:
- Claridad sobre las necesidades: Si bien las necesidades de una organización varían con el tiempo o de acuerdo a la coyuntura (tal como lo hemos visto en la pandemia), lo recomendable es no iniciar un proceso de selección o por lo menos no avanzar hasta etapas casi finales, si no se tiene real claridad sobre cuáles son esas necesidades; ya que de ellas dependerá la definición de las características que debe tener/cumplir un profesional para aplicar a la posición.
- Respetar las etapas del proceso: En un proceso de selección, el reto es identificar y seleccionar el mejor perfil profesional para asumir determinado puesto; y para ello, será clave cumplir y respetar todas las etapas del proceso, siendo estas las más importantes: La realización de una detallada y cuidadosa entrevista por competencias, una evaluación completa, a través de las herramientas adecuadas para el nivel de la posición a cubrir; y finalmente, el levantamiento de referencias laborales.
- Transparencia: Además, considerando que los procesos de selección son bidireccionales, la transparencia con la que el reclutador/entrevistador se dirija al candidato y viceversa, también es crucial.
- Claridad y precisión con la información: Será determinante que el reclutador exponga cuál es la principal problemática o necesidad de la organización, el tipo de cultura y estilo de liderazgo que prima en la misma. Por su parte el candidato al puesto, debe ser también lo suficientemente preciso y claro con la información de su perfil profesional y pensar que este no solo debe servirle para conseguir un empleo, sino que debe servirle para conseguir un empleo que lo motive, lo rete y pueda darle continuidad a su vida laboral.
“De esta manera, si desde el inicio ambos frentes manejan información real, el resultado será exitoso y decantará en una relación ganar – ganar”, expresó.
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