Desmotivación en el trabajo

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Las presiones del día a día, la competencia a nivel individual y profesional, entre otros factores, son situaciones que alteran el estado emocional de muchas personas, lo que empeora cuando el trabajador no ve recompensados ni reflejados sus esfuerzos en términos concretos y pierde la motivación, afectando por ende la productividad de la empresa en general.

Las emociones influyen en el estado de las personas y por cierto, en su ámbito laboral donde se vive la mayor parte del día, por ello es de gran importancia que las personas se sientan motivadas en su lugar y ambiente de trabajo de manera tal de contar con las herramientas que dobleguen situaciones adversas y puedan transformar conflictos en oportunidades.

Al interior de las empresas se presentan infinidad de factores que desmotivan a los empleados y que los orillan a tomar la decisión de renunciar y cambiar su entorno laboral y, aunque algunos de estos elementos tienen que ver con sentimientos internos del trabajador, existen otros que guardan relación con la mala dirección de la empresa. 

La rotación de personal puede evitarse cuando los superiores están interesados en su equipo de trabajo y hacen todo lo posible por acabar con la misma, no se debe olvidar que si no se ataca el problema rápidamente, alguien desmotivado puede contagiar a sus compañeros haciendo que cada vez más personas estén inconformes con las condiciones laborales.

De esta forma, motivar a un empleado tiene que ver con proveerle estímulos o condiciones necesarias para que adopte el comportamiento y/o desempeño profesional que se busca de él. Si bien es cierto que las técnicas posibles de utilizar son diferentes, dependiendo de las diversas realidades culturales, sociales, etc., lo cierto es que existen pautas generales para lograr el mayor interés y compromiso de los trabajadores de una empresa.

En una primera instancia, es fundamental que el jefe o líder del área escuche al empleado, desarrollando una empatía a través de la retroalimentación entre los rangos bajos, medios y altos, haciéndolos sentir piezas fundamentales para lograr cualquier objetivo que se proponga la empresa.

A esto puede sumarse buscar iniciativas propias que fomenten el trabajo en equipo, por ejemplo conversar abiertamente aclarando las dudas sobre normas, responsabilidades, deberes y derechos, valorar los aspectos positivos de los empleados, así como agradecer y elogiar las buenas acciones que ellos realicen.

Gracias a éstas y otras técnicas será posible alcanzar la automotivación, ya que los trabajadores reconocerán diversos factores positivos y se volverán gradualmente miembros más creativos, motivados y conciliadores, principalmente porque podrán controlar el estrés y manejar de manera positiva sus propios sentimientos y los ajenos.

Los cambios que se vayan dando serán trascendentales si lo que se busca es contar con una cultura organizacional fuerte que aporte a la productividad de la empresa y trabajadores satisfechos que vayan en pro de ello.

“Como líderes es imprescindible estar atentos a los motivos o señales que hacen que nuestros empleados se sientan desmotivados, la rotación de personal se da en todas las empresas y es parte de la evolución de la misma, pero cuando enfrentamos rotación de personal frecuente, se deberá hacer una evaluación de las condiciones en las que se tiene a los empleados y una vez detectadas estas necesidades trabajar para brindar un clima laboral que permita el bienestar de todos y cada uno de los miembros de la oficina”, señala Ernesto Velarde, Country Manager de Trabajando.com Perú.

 

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