Un ascenso es un punto de llegada al que todo profesional aspira después de permanecer en una posición durante un determinado tiempo. A diferencia de años atrás, los profesionales buscan un crecimiento rápido dentro de las organizaciones ya sea de manera ascendente u horizontal, siempre que esto pueda enriquecerlos y les permita adquirir nuevos conocimientos.
Mercedes Gonzáles, Gerente de selección de Adecco, aseguró que cuando no se obtiene una respuesta positiva y ágil sobre las oportunidades que se esperan, se suele mirar hacia el mercado externo, dada la velocidad y dinamismo de las compañías. Lo más importante es que el profesional demuestre que merece ser promovido a través de determinadas conductas laborales que los harán potencialmente elegibles para un nuevo cargo. A continuación, la especialista en selección de Adecco, detalla lo principales puntos a tomar en cuenta en la búsqueda del ansiado ascenso:
Absoluto compromiso. Es elemental manifestar absoluto compromiso con el trabajo y encontrar el equilibrio entre dar un poco más de lo que se pide y trabajar en exceso. La acumulación de horas extras no determina el valor del colaborador, pero sí la calidad en horas de trabajo que dedica en la empresa. Asimismo, el tiempo de permanencia en una empresa no lo hace merecedor del ascenso, sino el resultado y la adaptación a las necesidades de cambio en las compañías. La proactividad y la iniciativa definen a un profesional dinámico que busca alternativas de mejora con creatividad e innovación. Esta actitud positiva lo hará confiable ante los ojos de sus superiores.
Definir objetivos laborales. Resulta significativo que el colaborador defina sus intereses profesionales para tener un horizonte claro y no dar pasos que se conviertan en ensayo y error, trayendo complicaciones a la compañía y a él mismo. En un profesional junior es habitual querer conocer y aprender de diferentes ámbitos del negocio para identificar el mejor escenario y el que genere mayor satisfacción; sin embargo, un profesional con cierta madurez ya debería contar con esta claridad y mirar hacia un objetivo más o menos coherente.
Hablar sobre los intereses reales de crecimiento. No obstante, que el jefe esté satisfecho con el desempeño del profesional no significa que lo promoverá inmediatamente. En un sentido práctico, el ascenso beneficiará directamente a la persona en carrera, entonces podría ser él o ella misma quien tome la iniciativa y exprese verbalmente su intención. Es recomendable mostrarse abierto y claro para que los superiores conozcan las expectativas de las personas de modo que las tengan en mente al momento de requerir movimientos y promociones internas. Si las inquietudes no son comunicadas, es posible que no se tenga claridad sobre el futuro cercano.
Desarrollar liderazgo. En muchos casos, ascender a una nueva posición significa asumir la dirección de un grupo en la empresa. Por ello es necesario desarrollar ciertas cualidades de liderazgo. Ser un líder no significa únicamente dar órdenes al grupo para alcanzar los objetivos trazados y las metas comunes sino consiste en convencer a los demás que la línea trazada es la correcta. No olvidemos que las relaciones humanas son muy importantes: la escucha, la preocupación por el otro y la apertura a diferentes formas de pensar marcarán la diferencia, destacará tu presencia en el área donde te desarrolles y dejará a vista de tus superiores tu capacidad como líder.
Destacar. Finalmente es fundamental recordar que el camino hacia un ascenso no siempre será fácil ni rápido. Es importante no sólo dar lo que se pide formalmente, sino también generar un aporte que pueda beneficiar al área o compañía. Es necesario, entonces, adquirir la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y encontrar la automotivación que permita definir objetivos claros y alineados a las estrategias corporativas. No olvidemos establecer canales de comunicación directos y sinceros con nuestros superiores, dejando claro –con nuestro desempeño- que somos la mejor opción.