La Violencia contra las Mujeres (VcM) es un problema social de gran magnitud con impacto pernicioso para las mujeres, empresas y toda la sociedad. En Perú, se realizó un primer estudio en una Organización del Sector Púbico (OSP), donde se encontró que el 17% de las colaboradoras afirma haber sido agredida por su pareja o expareja dentro de sus hogares mientras trabajaban y el 14.1% de colaboradores manifestaron ser o haber sido agresores.
La investigación realizada a 323 colaboradoras/es de diversas divisiones (almacén, control masivo y cobranza de campo) de una OSP, también reveló que el 29.3% de las/os colaboradoras/es han faltado al trabajo a causa de la VcM. De las cuales, el 54.6% ha faltado por haber sido agredida o agresor; sin embargo, el 24.9% ha faltado producto de las peleas o discusiones con su pareja o expareja y 20.5% de colaboradoras/es testigas/os han faltado al trabajo por asistir a un familiar o amiga afectada por la VcM. En la OSP, producto de la VcM se deja de trabajar 25 días por año.
En efecto, en la OSP la atestiguación de la VcM también genera una pérdida económica de US$ 4308.8 de dólares al año calculados en base al salario perdidos del ausentismo de las/os testigos de VcM.
Estas cifras han sido estimadas en el estudio: “Impacto de la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja en el ausentismo laboral en una organización del sector público de Lima” de Elizabeth Juana Ruth Aldave-Campos, becaria del Programa de Becas para Tesis de Grado sobre el “Impacto de la violencia contra las mujeres en las empresas” y presentado por el Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos de la Universidad de San Martín de Porres (USMP) y la Cooperación Alemana GIZ a través de su Programa Regional Combatir la Violencia contra las Mujeres en Latinoamérica – ComVoMujer.
Según el reporte de las colaboradoras agredidas, la violencia psicológica (9.9%) ha sido la agresión más frecuente, seguida por la violencia física (7.1%) en sus hogares. Mientras, en el ámbito laboral, la violencia más habitual ha sido las amenazas por teléfono (11.2%) y el acoso así como la presencia física de su pareja o ex pareja mientras trabajaban (6.6%).
Por otro lado, 7 de cada 100 colaboradoras/es ha faltado al trabajo por peleas o discusiones con sus parejas o exparejas. Sin embargo, este grupo de personas subestiman la VcM considerándola como sólo peleas o discusiones, pero sí reconocen el impacto negativo en la productividad.
La investigación dio a conocer que la VcM no solo afecta a las colaboradoras agredidas o colaboradores agresores, sino también a los que atestiguan la VcM. En efecto, el 4.2% de las colaboradoras que atestiguan la VcM, ha faltado principalmente para apoyar económicamente a un familiar o amiga, mientras el 10.2% de colaboradores testigos ha faltado para acompañar a un familiar o amiga al centro de salud, DEMUNA, comisaría u ONG; siendo las más frecuentes.
Medidas
Se espera el apoyo de las entidades del Estado para que incluya opciones para las/os investigadoras/es, brindándoles las facilidades en el recogimiento de data y orientación para que los altos mandos tomen decisiones y contribuyan con medidas necesarias para prevenir la VcM.
Por último, a través de las investigaciones se busca que el Estado desarrolle acciones de prevención frente la VcM, en las entidades públicas. Por ejemplo, realizando programas enfocados a las causas del problema, la desigualdad de género, entre otras.