Empleados difíciles: conoce cómo dirigirlos

2308

Las personas difíciles no representan grandes problemas si te las encuentras en la calle, supermercado o en el transporte público. Pero cómo hacerlo en el trabajo, ¿es posible trabajar con ellos?

Aunque nadie quiere trabajar con empleados así, debido a que la productividad disminuye, las frustraciones aumentan, el ánimo en el equipo decae y genera incomodidades. 

Para evitar que todo esto suceda, toma en cuenta estos consejos:

  1. No ignores el problema. Supón que el empleado aporta algo valioso a la empresa y que posee ciertas cualidades; si estás en este caso vale la pena lidiar con él. Con frecuencia el jefe o gerente a cargo simplemente ignora a los colaboradores difíciles, ya que espera que el problema desaparezca solo, es decir, que la persona dé media vuelta y se vaya por iniciativa propia.

    Tip: recuerda que ignorar la situación es la peor alternativa, pues podría convertirse en un problema progresivo.

  2. Actúa lo más pronto posible. Es importante intervenir en cuanto el patrón de conducta negativo sea evidente. Si no se aborda a tiempo el asunto, las consecuencias crecerán de manera paulatina. A veces los empleados conflictivos no tienen idea que su comportamiento representa una molestia para el resto del equipo.

     

    Esto se debe a que la mayoría de las personas tiende a aguantar las conductas molestas de otros a fin de llevarse bien con todos. Incluso, algunos empleados sólo las consideran como un «inconveniente» del trabajo y, al igual que el director, quieren caerle bien a sus colegas y subordinados. Al final, nadie dice nada.

    Tip: es responsabilidad del director o gerente tomar las medidas apropiadas para corregir la situación. Por lo tanto, si estás al frente del negocio, tu tarea es obtener información de los miembros del grupo para determinar la magnitud del problema y observar al empleado en cuestión cuando éste interactúa con clientes y vendedores.

  3.  

    Investiga personalmente el problema. Armado con información precisa, lleva a la persona conflictiva a una sala de juntas o a tu oficina -lejos de los otros- y aborda el asunto con calma. Comienza por preguntarle si está enterado de algún problema que haya ocurrido en la empresa, con el objetivo de confirmar si está consciente de sus actos. 

    Si responde que no, entonces será necesario que describas su conducta. Quizá te interrumpa para defenderse, sin embargo, continúa firme con más ejemplos sobre su comportamiento inaceptable. Cuando termines, dale oportunidad para que presente sus argumentos.

    Tip: aquí lo importante es que la persona implicada reconozca que sí hay un problema con su conducta.

  4.  

    Ayuda al empleado problemático a corregir el rumbo. Una vez que el colaborador empieza a entender que su comportamiento es negativo y que esta situación afecta al resto de la organización, ya sea tú -en tu calidad de director o gerente- o alguien de Recursos Humanos tiene que orientarlo para que inicie un cambio de actitud. Este proceso requiere de tiempo, así que sé paciente. 

    Tip: el área de Recursos Humanos o tú deberá ofrecerle retroalimentación específica al empleado sobre el éxito o fracaso de sus esfuerzos por minimizar las acciones negativas y maximizar las positivas.

  5. Si todo lo anterior falla, habrá que terminar la relación. Si la persona insiste en negar su conducta inapropiada y no intenta mejorar la situación, la medida definitiva será concluir con la relación laboral. Antes de tomar esta decisión, fija un plazo para que demuestre que le importa su trabajo y que está dispuesto a cambiar para bien. Si el periodo de prueba no resulta en una actitud aceptable y apropiada, no dudes en despedirlo. 

    No te preocupes demasiado, la mayoría reconoce cuando observa una conducta negativa e intenta modificarla. Esta regla se confirma, sobre todo, en tiempos económicos difíciles debido a que la tasa de desempleo es alta y hallar un nuevo trabajo se convierte en una misión complicada.

    Tip: sigue los lineamientos de la empresa para no tomar una decisión precipitada. Esto implica desde identificar el problema a tiempo, hasta dar retroalimentación directa al colaborador. De no hacerlo así, saldrán perjudicados tanto la persona problemática como los demás miembros del equipo y también pondrás en riesgo el éxito de la empresa.

    Fuente: Entrepeneur

Comentarios