Un análisis elaborado por el Peterson Institute for International Economist reveló que las empresas que cuentan con un 30% de mujeres en los niveles ejecutivos tienen un 15% más de beneficios que las que están por debajo de ese porcentaje. La muestra recogió información de 22,000 compañías grandes, pequeñas y medianas, y de diversos rubros en 91 países.
El estudio señala que al contratar a una mujer, las empresas son más exigentes respecto a sus pares, elevando así la valla profesional.
Aunque la gran mayoría de los países establecen cuotas obligatorias de participación de mujeres en los consejos de administración, lo cierto es que cuando una mujer llega a un puesto gerencial es porque ha tenido que pasar por pruebas mucho más duras que un hombre, con lo cual se puede imaginar un efecto de autoselección que en cierta forma sube el listón.
Lo que cuenta es el conjunto de factores de la firma que terminan generando esta diversidad. Entre ellos destacaría una cultura que supera estereotipos y prejuicios, que basa sus decisiones de recursos humanos en méritos profesionales y no en circunstancias personales . Evidentemente no podemos desligar el rol de la mujer profesional de las cuestiones familiares y de maternidad, para algunos casos.
De hecho, uno de los factores que el estudio encuentra es el tipo de medidas que las empresas adoptan sobre los permisos de paternidad, que guarda una correlación positiva y significativa con la proporción de mujeres ejecutivas.
Esto ya nos dice mucho tanto de la filosofía de la propia organización como de la mentalidad de los empleados . Es una cuestión que trasciende el mundo del trabajo, una forma de entender la sociedad y la diversidad de roles, la igualdad y la inclusión. Y para la empresa es una cuestión de entender el mundo en que se desenvuelve, lo que su capital humano necesita y a lo que aspira.
