Expertos indican que el directivo de hoy en día debe ser alguien transparente y flexible que sea capaz de fidelizar y mantener motivado a su equipo de trabajo.
En la actualidad la transparencia se ha posicionado como un valor primordial dentro de la cultura empresarial. La información ahora es compartida por las diversas áreas de una empresa ya no se trata de datos exclusivos que solo eran accesibles por la alta dirección.
Este líder tendrá la obligación de explotar lo mejor de cada integrante de un equipo dentro de un entorno sano y dinámico. El directivo debe comprometerse con su trabajo, identificar las oportunidades de negocio aplicando al análisis y hábil para adaptarse a situaciones de cambio y capaz de trabajar por objetivos.
El directivo debe tener claro que si quiere atraer y retener el talento una de sus funciones más importantes es motivar constantemente a su equipo. Además, tendrá que cuidar el tiempo de ocio de sus colaboradores. En un escenario de trabajo por objetivos, la productividad, organización y eficacia son valores clave que se deben transmitir al grupo.
Así pues, el significado de la palabra motivación se amplía. Existe un primer plano que no varía, el económico. Sin embargo, se desarrollan a continuación dos aspectos motivacionales fundamentales: necesidad de identidad como personas y necesidad de sentirse pieza importante en la empresa.
En su papel como gestor de personas, el directivo ha de desarrollar el talento de sus empleados. Cuando sus colaboradores se sienten realizados con su trabajo, existe un desarrollo real de sus carreras profesionales. Se produce así una satisfacción con la que disfrutan de su tiempo invertido en la compañía. Además, el directivo de hoy busca pactos con sus empleados. Se trata de un liderazgo colaborativo, a través del cual nacen nuevos líderes. Los gerentes son capaces de escuchar y convertir en estrategias y soluciones las ideas de su equipo. Para ello, el líder actual consigue que sus empleados se sientan valorados, siendo piezas clave en los equipos de trabajo.
Una vez se ha creado un entorno de trabajo sano, muchos directivos dedican gran parte de su tiempo a innovar. Las exigencias de un mercado volátil como el actual, necesitan una renovación constante en sectores como el tecnológico, energético, farmacéutico o digital.