Cuando se hablan de Programas o Sistemas de Salud y Seguridad en el Trabajo, suele asociarse la idea a la generación de manuales, lineamientos, normativas y afines que tras haber sido documentados dan la sensación a quien los desarrolla de tener “todo bajo control”; sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
No obstante, el problema no está en el Programa, Sistema o bien en la Norma Técnica de Seguridad en sí misma, por el contrario las distintas metodologías diseñadas tienen por objetivo servir de guía a las organizaciones en pro de su optimización. La debilidad suele presentarse cuando no se involucra de forma práctica y efectiva a todos los implicados.
En este sentido, aún cuando cada vez más se dirigen esfuerzos y se invierte en la implementación de estos métodos, es más común encontrar “sistemas de papel” los cuales se caracterizan por estar desligados del capital humano por el cual fue concebido. Así pues, se habla de procedimientos de trabajo que son poco accesibles, claros o adaptados al proceso; de normas que parecen dirigidas a sólo un grupo de personas y que muy pocos cumplen, en los cuales no existe una verdadera retroalimentación que permita mejorar la gestión organizacional.
Gestión preventiva
La Gestión de Salud y Seguridad Ocupacional es competencia de todos los integrantes de la organización. Así pues, cuando se habla de Gestión Preventiva, se busca integrar la cultura de seguridad a cada una de las etapas del proceso productivo y engranarlos de manera tal, que cada uno de los involucrados sea capaz no sólo de identificar una oportunidad de mejora sino de implementarla y hacerla sostenible en el tiempo.
De esta manera, se evidencia las implicaciones que tiene sobre la calidad, productividad de un producto o un servicio, cuando por motivo de un incidente, accidente o enfermedad ocupacional se alteran de manera sucesiva los procesos de trabajo.
Gerencia efectiva
Los directivos deben centrarse en la optimización de las relaciones interpersonales dentro de los equipos de trabajo incluyéndose como parte del grupo. Este debe entender que no puede generar cambios ni mejoras en los grupos si no participa de ellos, por esto debe desarrollar habilidades de empatía que generen un clima de respeto, confianza y compromiso por parte de todos los integrantes.
Por tal motivo, la Gerencia en conjunto con los Servicios de Salud y Seguridad Ocupacional deberían no sólo promover, sino participar de actividades donde el proceso de desarrollo de hábitos saludables inicie en el concepto “Seguridad fuera del Trabajo”, es decir, volver a lo básico, analizar qué hace cada quien en su rutina diaria.
De allí que, indagar mediante sesiones de trabajo o talleres, cómo cada una de las personas resguarda su integridad y la de sus seres queridos en su vida familiar y social, permitirá no sólo conocer el comportamiento que ya está internalizado, que a la final, es el que se traslada al ambiente productivo, sino que además sentará las bases para diseñar las estrategias realmente adaptadas al grupo de colaboradores.