Para la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), el capital humano es pieza clave en el éxito de una organización. Por ese motivo, incorporó en su Premio Creatividad Empresarial la categoría Factor Humano, que reconocerá el esfuerzo de las compañías en la gestión de su talento y que además, eso haya derivado en mejoras para el negocio.
Al respecto, el director académico de Capital Humano de la UPC, Ricardo Alania, informó que el 50% de las empresas peruanas es consciente de la importancia de la gestión de sus colaboradores, pero solo el 25% de ellas lo intenta.
Agregó que la categoría Factor Humano busca premiar las mejores políticas en esa área, para ejemplo de todas las empresas.
En opinión del gerente general de la consultora ER Ronald, Ernesto Rubio, es importante para el desarrollo del país que un premio como el de Creatividad Empresarial considere la gestión del talento como una categoría. Explicó que esa importancia radica en que el país está viviendo un cambio generacional con el ingreso al mercado laboral de jóvenes, que ya están sucediendo a los llamados ‘babi bomberos’, que nacieron entre 1940 y fines de 1960. Asimismo, señaló que esa distinción debía considerarse como “un jalón de orejas” para las empresas que aún no gestionan el talento de su personal.
Es una tendencia mundial
El gerente de Laborum Perú, Rafael Zavala, opinó que la incorporación del factor humano en el Premio Creatividad Empresarial va de la mano con la tendencia mundial de revalorizar a las personas. Recordó que hubo un tiempo en que se consideraba más importante a la innovación, al marketing, a las finanzas y no al trabajador. También enfatizó que de nada sirve un plan o una gran idea de negocios si no son conducidos por una persona capacitada, que está motivada y que persevera en cumplir su meta.
También señaló que el Perú ha avanzado en esa área, pero “aún es insuficiente”. En tal sentido, recomendó que para hacerlo se debe considerar políticas adecuadas en la selección del personal, inducción, capacitación y motivación.
Fuente: El Comercio