Independientemente de si lo acaban de nombrar gerente de nivel medio o presidente electo, la sabiduría popular dice que tiene tres meses para lograr algún impacto en su nuevo trabajo. Sin embargo, al prepararse para una entrevista de trabajo muchos candidatos comenten el error de creer que la mayoría de las preguntas será sobre su experiencia previa y no sobre lo que tienen planeado hacer si los contratan.
Todos los aspirantes a un trabajo deberían anticipar la siguiente pregunta: ¿Qué espera lograr en sus primeros tres meses?
En primer lugar, aborde esta pregunta – y todas las de la entrevista – como si fuera una audición para un papel estelar con un posible patrón.
En segundo lugar, cuídese de los extremos. Los aspirantes con sentido común saben que es mala idea mencionar todos los errores que comete una firma. Pero evite frases como: “No haría ningún cambio hasta conocer mucho más a la organización y lo consultaría con mis colegas”.
Los mejores aspirantes toman el punto medio, dicen: “Si, aprenderé y escucharé, pero también me ocuparé de varias cosas”. Intente presentar sus ideas como sugerencias abiertas a interrogación. Finalmente, medite su presentación. Su éxito de largo plazo muchas veces se basará en su visibilidad dentro de esa ventana inicial de tres meses, y su entrevistador estará interesado en saber como sería en su nuevo cargo y su impacto.
Fuente: Diario Gestión