Por Ariel Castiglioni – Director en Ágora Global
Una mesa de ping pong, colchonetas, kiwis en la cocina, y… ¡Ya me siento trabajando en Google! Es lo que pensamos en gestión de personas y muchas veces nos equivocamos.
¡Qué emoción sentimos cuando vemos elementos de la vida cotidiana, en el ambiente laboral! Por supuesto en una casa de fin de semana no nos llamaría la atención una mesa de ping pong; en ninguna cocina nos detendríamos a pensar si tener kiwis es moderno; y, bueno, una colchoneta de gimnasia… no nos llamaría la atención ni en un colegio, pero fuera de esos lugares (reconozcamos) es poco común verlas.
Pero si vemos esto en las oficinas, nos sentimos que estamos en Silicon Valley o en la empresa que más nos guste. ¿Hablamos con conocimiento, o nos dejamos guiar por estereotipos? ¿Entonces hay manzanas en vez de kiwis en Apple?
Investigo un poco, descubro que muchas empresas empezaron principalmente en los años 80 y 90 a ofrecer jugos naturales y bebidas… ¡con el fin promover la vida saludable y que los colaboradores sean más productivos! No leo sobre table tennis como se las llama en el exterior. ¿A quién se le habrá ocurrido que una mesa de ping pong ayuda a ser más eficiente? Seguro que al que juega este deporte, o a quien quiso alguna vez tener una. Pero a la mayoría de la gente nos sirve para recordar que esa pequeña pelotita blanca o naranja es más rápida que nuestra propia vista.
En muchos lugares vi que los sectores de recreación permanecen desiertos, sin uso y ocupando espacio. La mayoría de los colaboradores esquivan desafíos de habilidades; los gerentes sólo toman la paleta de ping pong o los comandos de la play cuando son buenos en eso. No les gusta que los vean divertidos y jugando; y los directivos, se preguntan quién habrá tenido la idea de ponerlas allí.
Ahora, yo me pregunto: ¿Sirven verdaderamente para algo bueno estas mesas largas y verdes en las empresas? Investigo un poco y descubro que sí. Son geniales y amplias para poner los sándwiches y las tortas en las reuniones de cumpleaños.
¿Se habrán dado cuenta los impulsores de ambientes disruptivos lo que hacen a veces? El desafío no es incorporar sectores de recreación, sino desarrollar integración humana en esos sectores. En la tarea de incorporar empleados y luego mantenerlos, la mesa de ping pong no tiene mucha prioridad, pero sí son un buen disparador del humor.
Me magnetiza ver jugos naturales (promueven la salud), me deslumbra ver lugares con sillones “cómodos” para sentarse a conversar y tener vínculos sanos. Es bueno ver ambientes de salas de reunión distintos y comedores cómodos. Me siento feliz al ver que la gente se pregunte cómo mejorar.
Mañana me junto con un cliente, trataré de que sea una jornada de alta productividad, pasaré por el supermercado para comprar kiwis. Ya encargué un flete para llevar la mesa de ping pong que me regalaron en otro cliente. Solo me queda buscar las pelotitas naranjas. ¡Gracias Internet por ayudarnos a buscar! Al fin y al cabo, todos buscamos algo.
Fuente: Comunidad RH
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