La informalidad es un problema latente en las empresas peruanas. Según datos del INEI, al 2017, existían 7 millones 148 mil unidades productivas informales, y a pesar de que entre el 2014 y 2018, se produjo un incremento sostenido de 6.2% solo 3 de cada 10 empresas supera los tres años y medio de funcionamiento.
Este problema empeora cuando al analizar las estadísticas discriminando por sexo del fundador, se encuentra que, aunque el índice de paridad de la tasa de emprendimiento temprano (TEA) de hombres y mujeres es alto (0.92 %), cuando se examinan los emprendimientos más maduros la brecha entre hombres y mujeres crece, y solo el 30.3% de las empresas que llegan a consolidarse son propiedad de mujeres, según el Informe Mundial GEM 2018 (Global Entrepreneurship Monitor).
Esto es debido a que existen barreras de género en los ámbitos personal, organizacional, institucional e incluso cultural, y que frenan a la mujer en su desarrollo como emprendedora.
Las mujeres constituyen empresas socialmente responsables
A propósito del Día Internacional de la Mujer Emprendedora, según un estudio realizado por María Angela Prialé y Jorge Dávalos , profesores principales de la UP, explican que existe una serie de impactos positivos, entre los que se encuentra la propensión de las mujeres a comportamientos socialmente responsables. Estos incluyen al respeto de los derechos y beneficios laborales, el empleo seguro y de calidad, las prácticas de buena gobernanza, y la adopción de procesos productivos que velen por el ambiente y por el bienestar de sus consumidores.
Además, ellos explican que existen cuatro tipos de barreras que enfrentan las emprendedoras al momento de consolidar una empresa:
Autoconfianza y motivación
Es necesario abordar el tema de la autoconfianza y motivación como parte de las acciones formativas para el fortalecimiento de destrezas gerenciales. Ello puede darse a través de mentoría personal centrada en aspectos socio-emocionales para combatir los estereotipos que podrían derivar en prejuicios de género que limiten el desarrollo de las empresarias.
Según la especialista Martha Zúñiga, Jefe de Proyectos especiales del Centro de Emprendimiento e Innovación de la UP – Emprende UP, indica que desde Emprende UP tienen como misión trabajar la autoconfianza de las mujeres emprendedoras para que esto se vea reflejado en los startups que desarrollan y puedan superar cualquier obstáculo que se presente.
Por otro lado, ya que gran parte de las mujeres inicia sus emprendimientos pensando en el bienestar familiar, es importante introducir medidas de apoyo al balance trabajo – familia, que incluyan por ejemplo servicios de cuidado de bebés y niños/as y espacios de co-crianza así como visibilizar que la familia es trabajar en equipo.
Acceso al financiamiento
Es necesario trabajar en el desarrollo de productos financieros para los emprendimientos de mujeres que hayan superado los estadios iniciales del negocio. Otra acción concreta sería introducir programas de coaching para el acceso al financiamiento que puedan trabajar en alianza con las microfinancieras. También, vincular el acceso a recursos financieros a la implementación de iniciativas de responsabilidad social en materias como prácticas laborales, gobernanza, asuntos de consumidores, prácticas justas de operación y medio ambiente.
Acceso al networking
Es indispensable crear espacios de encuentro entre y para mujeres, para abordar con libertad temas como la violencia de género, o la tutela masculina, pero también espacios en foros empresariales, tradicionalmente masculinos, en los que se expongan experiencias exitosas de emprendimiento no solo de mujeres sino también de hombres. Además, es deseable potenciar la participación de las mujeres en redes que les faciliten el acceso a la tecnología y el uso de laboratorios. Es fundamental integrar a las mujeres emprendedoras de provincia en estas redes.
Finalmente, es importante crear oportunidades para integrar los programas de fomento al emprendimiento de mujeres con iniciativas de promoción a la responsabilidad social, para que la responsabilidad social sea trabajada no solo a través de formación, sino también en el acompañamiento para la adopción de estas prácticas y, en el caso de las empresas de mujeres más consolidadas, en la obtención de certificaciones.
Así también, Emprende UP ha creado el programa Inspira Mujer (https://inspiramujer.pe/), como respuesta a las necesidades que tienen las mujeres emprendedoras para hacer un negocio. Se busca impulsar los emprendimientos femeninos a través cuatro pilares: Inspira (conocer casos de otras emprendedoras), Conecta (con mentoras, especialistas, etc), Conoce (showroom de emprendimientos liderados por mujeres y Aprende (encuentra eventos y capacitaciones relacionados a negocio).
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