El papa Benedicto XVI anunció el lunes pasado la dimisión de su cargo de máximo representante de la Iglesia Católica. Su salida tendrá lugar, según el Vaticano, el próximo 28 de febrero. El Sumo Pontífice justificó su decisión diciendo que, a sus 85 años de edad, no se encuentra con fuerzas para continuar.
"Tras examinar repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certidumbre de que mi fortaleza, debido a la avanzada edad, no es adecuada para el ejercicio del ministerio", dijo, en latín, el Papa. Benedicto XVI ha dirigido la Iglesia Católica en unos años especialmente difíciles para la institución.
La noticia, un anuncio sin precedentes en casi seis siglos, sorprendió incluso a sus asistentes más cercanos, puesto que no circulaba ningún rumor o especulación respecto a esta posibilidad. Sin embargo, parece que la decisión muestra un gran coraje y determinación: uno de los muchos desafíos a los que se enfrenta un líder, es saber cuándo retirarse.
A pesar de la difícil situación económica, son muchos, por ejemplo en el sector público o en el mundo académico, los que disfrutan de una plaza vitalicia, que les garantica su posición durante años. Lo que en ese puesto les caracterizará como un buen líder será su capacidad de asumir esa responsabilidad, hasta el punto de poder dejarlo si no se está en las mejores condiciones para ejercerlo.
Cómo saber si es el momento de retirarse
La noticia de la renuncia del Papa Benedicto XVI lanza un mensaje para todos los líderes políticos y empresariales, que según Samuel Bacharach, colaborador de Inc., deberían hacerse las siguientes preguntas para saber si es el momento de apartarse del camino para dar paso a la renovación:
¿Es mi conocimiento estático? Si usted se encuentra cada vez más fuera de los cambios tecnológicos, de los mercados variables, de las nuevas ideas y conceptos de los que habla su plantilla, puede que tenga que considerar seriamente hacer espacio para las nuevas generaciones.
¿Está su red en expansión? El liderazgo se basa en la capacidad para relacionarse, establecer nuevas conexiones y encontrar vínculos no explorados. Si usted se encuentra frente a la misma gente siempre, discutiendo sobre los mismos temas, entonces tal vez sea el momento de reconsiderar su posición.
¿Tu trabajo te exige más de lo que puedes dar? Esta ya no es una cuestión física ni intelectual, es casi emocional. Las personas que sienten que no dan abasto con su trabajo, a menudo están menos comprometidas con las actividades diarias para seguir empujando el mecanismo entero hacia adelante. El Papa se encontraba demasiado mayor y no se sentía con fuerzas para dedicarle a su función todo su empeño.
¿Los que me rodean lo harían mejor? Los líderes tienen que ser capaces de reconocer al mejor talento y rodearse de él, y por qué no, pensar en quién podrá ocupar su posición cuando se retiren. Aunque en el caso del Papa la elección tiene un sistema muy poco flexible, en el mundo empresarial uno siempre tiene que estar pensando si los de su alrededor harán un mejor trabajo, y cuando la respuesta es sí, hay que dejarles la silla.
En resumen, la principal lección que tienen que aprender los líderes de Benedicto XVI es una honesta auto-reflexión. Con este gesto, el Papa demuestra que pocos directores ejecutivos, empresarios o jefes de grupo están tan comprometidos con su visión o misión que el Papa, que tenía su puesto asegurado. Esto no significa que haya que seguir su decisión, pero si cuestionarse a menudo si ha llegado el momento de dejar paso.