Mujeres al mando

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 La celebración del día internacional de la mujer siempre da espacio para reabrir la discusión sobre los derechos y reales oportunidades que ellas tienen en el mercado laboral, y más aún en Perú donde al año 2011, existen en el país 7 millones 61 mil 177 mujeres que trabajan, que en términos porcentuales significa el 44.3% del total de la población que participa en la actividad económica y donde el modelo tradicional de familia ha cambiado notoriamente, ya que más de la cuarta parte de los hogares peruanos cuenta con una jefatura mujer, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.

Desde ese punto de vista resulta aún más importante entregar igualdad de derechos y oportunidades a las mujeres, ya que no sólo tienen las mismas capacidades que los hombres, sino que también hoy asumen con mayor protagonismo ambos roles, el de trabajadoras y jefas de hogar.

El desafío es lograr que las empresas creen incentivos y planes de beneficios que les permitan a las mujeres conciliar familia y trabajo y ser capaces de rendir en ambas tareas como se les exige. Además, estudios demuestran lo importante y estratégico que es para las organizaciones contar con diversidad entre sus integrantes, ya que cada uno cuenta con sus habilidades y competencias, lo que permite que las empresas tengan mejores resultados.

Sin lugar a dudas, la conciliación entre vida familiar o personal y vida laboral constituye uno de los mayores retos de nuestro tiempo y es un requisito fundamental para avanzar en pro de una sociedad más justa e igualitaria.

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, un 53 por ciento de las mujeres de América Latina y el Caribe están incorporadas al mercado del trabajo, una proporción que se empina hasta el 70 por ciento para las mujeres entre 20 y 40 años, algo que sin duda ha tenido efectos importantes en la generación de riqueza de los países, el bienestar de los hogares y la disminución de la pobreza.

Al mismo tiempo, la incorporación de las mujeres ha puesto al descubierto la existencia de una rigidez en los papeles de género, una desvalorización de las labores domésticas y la percepción de que ellas deben asumir el cuidado familiar y del hogar, lo cual las obliga a realizar al mismo tiempo trabajo remunerado y no-remunerado.

Las tensiones entre trabajo y familia también son vinculadas a la “cuestionable calidad” de los empleos disponibles para muchas mujeres forzadas a trabajar en la economía informal, o a que sus ingresos en trabajos remunerados sean 70 por ciento de los que reciben los hombres.

La diversidad es un factor bastante importante a la hora de volverse una empresa con valor y competitividad frente a su mercado. Por ello que abrirse a nuevas posibilidades va en pro de ello, como contratar a mujeres por ejemplo, pues ellas pueden aportar bastante a la organización. Hoy en día, las mujeres desean desarrollarse profesionalmente y están capacitadas para cumplir diversos roles que las sociedad les ofrece y exige a la vez”, aconseja Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú.

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