La presión y el estrés no son la misma cosa. La primera se convierte en lo segundo cuando suma los ingredientes: la reflexión, la tenencia a seguir pensando en eventos pasados o futuros de forma negativa.
Cuando empiece a meditar, redirijase hacia áreas en las que se pueda tomar medidas útiles. Pruebe este ejercicio:
- Dibuje un circulo en una hoja.
- Escriba adentro del círculo todas las cosas que pueda controlar o influenciar y ponga afueras todas las que no.
- Recuérdese que las externalidades (su trabajo, su equipo, su familia) pueden ser de su interés sin preocuparse por ellas.
También puede poner las cosas en perspectiva preguntándose: «¿Cuánto va importar esto dentro de tres años? o ¿Qué es lo peor que puede pasar?».
Comentarios