Por Jaime Aguirre Guarderas, Chair de Vistage Perú
Los cambios que se vienen dando por la adopción de la tecnología digital, potenciados por la adaptación y el aprendizaje mundial al enfrentar la pandemia, sumado a un entorno de política nacional con impactos en la economía, presentan nuevos retos que atender por parte de los CEOs y empresarios.
En lo económico, hay dos variables a cuidar, más que en años anteriores; el costo del dinero y el tipo de cambio. Variables que, en los últimos años, han sido estables. Hoy el contexto obliga a tener más cuidado con los endeudamientos y con los créditos que se otorgan. Los CEOs deberán cuidar mucho, el calce de monedas en sus activos y pasivos corrientes.
Dentro de un mismo sector de la economía, unos crecieron en la pandemia y otros, por no haber adoptado la tecnología digital, la pasaron muy mal. Un claro ejemplo son los casinos vs. apuestas on-line y las salas de cine vs plataformas digitales, las primeras casi desaparecieron o cerraron momentáneamente y las segundas crecieron a ritmos inesperados. ¿Queda claro, que son las empresas que no estaban listas y adaptadas al cambio tecnológico las que se afectaron y no el sector?, ¿es evidente que la omnicanalidad es un elemento que diversifica y minimiza los riesgos de llegada al mercado y distribución de sus servicios o productos? Los CEOs y Directorios, de pobre visión, renuentes al cambio o lentos en su adopción, les hacen daño a sus compañías y no tendrán cabida en esta nueva economía.
En el aspecto de los modelos de compensación, también debe adaptarse a un esquema que hoy no solo lo permite, sino lo exige. Antes, la gente iba a las oficinas y sus horas de servicio eran visibles. Asistían a un horario de trabajo. Hoy, ¿cómo se controla el tiempo de trabajo?, ¿es realmente esencial controlarlo? Cada función tiene objetivos que lograr, más que horarios que cumplir. Por lo tanto, las remuneraciones deben estar alineadas al logro de objetivos y no de tiempos.
No hay receta única para una exitosa transformación digital, pero mientras más de estos elementos se tengan, será más probable lograrlo:
- Directorio y alta gerencia impulsando la innovación permanente, informados las nuevas tecnologías y de mente abierta.
- Conformar un Comité o nombrar un líder promotor de mejoras, hacia el interior y fuera de la compañía.
- Poner al centro de la transformación a la persona.
- Acompañamiento, a toda la organización, hacia una transformación cultural, evitando temores, inseguridades y “contagios negativos” en los equipos.
- Alinear el modelo de compensación al logro de sus objetivos.
- No pretender digitalizar todo, sino solo aquello que aporta valor a la empresa y stakeholders.
Finalmente, el gran reto es fortalecer los directorios con un balance de perfiles, manteniendo la experiencia exitosa y madurez de sus miembros, llevando la visión de las tecnologías aplicadas a las empresas que impulsen su eficiencia y cumplir con su rol fiduciario de sostenibilidad de largo plazo de la empresa.
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