La búsqueda constante de crecimiento es una de las características más comunes en las empresas modernas, sin importar su rubro o tamaño. Sin embargo, para optimizar su rentabilidad, eficiencia y productividad este crecimiento no debe representar necesariamente un incremento en las variables de producción.
En la actualidad, se ha empezado a considerar el rol de los espacios de trabajo como un factor clave para la mejora de la productividad. Para lograr este objetivo, las empresas han explorado diferentes caminos que han permitido mejorar procesos, como implementar nuevas tecnologías, capacitar a la fuerza de trabajo o simplificar los procedimientos internos, entre otros. según Enrique Heighes, gerente comercial de DRRP Arquitectura.
“Con oficinas y salas de reuniones frías, sin identidad corporativa, poco o nada confortables, que no se acomodaban a las necesidades de los usuarios, era muy difícil conseguir que los empleados se sintieran incluidos y valorados como elementos fundamentales para alcanzar los objetivos, limitando el sentido de pertenencia e incrementando la rotación profesional”, reflexiona Heighes.
Para este experto, muchas organizaciones reinventaron en los últimos años los espacios en función de las necesidades de los empleados y los objetivos estratégicos, dando preferencia a los ambientes abiertos y colaborativos, que fomenten la innovación, la horizontalidad y el trabajo en equipo. El resultado: una mayor integración de los trabajadores, aumento en la productividad, mejores niveles de crecimiento y excelente clima laboral
Este modelo de oficinas hechas a la medida se ha convertido en parte de la tendencia, impulsando a reconocidas trasnacionales a replantear sus espacios en busca de mejores relaciones entre sus trabajadores, pero sobre todo mejores resultados financieros y de productividad.
Para el profesor Roberto Bonelli, más que la arquitectura o el diseño, lo que ha cambiado es el enfoque del liderazgo, donde los CEO y altos directivos expresan un liderazgo más horizontal, más cercano a los colaboradores, consientes del rol que representan como líderes de la organización. Para Bonelli, más que un tema de diseño o arquitectura, se trata de un cambio de mentalidad, en los que paredes y puertas dejan de representar obstáculos para la comunicación y se convierten en objetos que se abren o se cierran cada vez que se necesita.
Por eso los millennials, según Bonelli, quienes más se acomodan a estas nuevas estructuras son quienes poseen una visión menos jerárquica y más flexible de los espacios de trabajo. Y, teniendo en cuenta que en cinco años se convertirán en el 70% de la fuerza laboral, las empresas deberían pensar en modificar sus estructuras arquitectónicas y sobre todo su cultura organizacional.
¿Qué debemos tener en cuenta en el diseño de una oficina Open Space?
- A nivel de diseño, sin divisiones entre trabajadores y muchas veces tampoco entre jefes, gerentes o CEO.
- Promover los espacios cerrados para aquellos momentos en los que se necesita un espacio de silencio.
- El orden y la limpieza en estos ambientes es lo más importante pues resulta clave para que no exista el desorden dentro de la oficina.
- Deben abundar los espacios libres y los corredores amplios que permitan un ingreso de luz natural.
- El Open Space no es solo un diseño de arquitectura, es un estado mental que se fomenta desde arriba.
