En general, muchas especialistas recomiendan rodearse de los mejores en el área que sea. La mayoría lo hace y potencia el desarrollo personal y profesional de sus colaboradores. Rodearse de personas inteligentes y que saben más que tú en un determinado trabajo, siempre enriquece a quienes lo acompañan y, por ende, al resto de la organización.
Sin embargo, algunos directivos y mandos intermedios, aprovechando su responsabilidad, optan por empleados mediocres, bien porque sean más económicos, bien por intolerancia a la diversidad o por detectar en ellos exceso de ambición e inteligencia.
Emilio Aragón, formador y consultor de empresas, distingue entre quienes lo hacen de manera inconsciente y consciente. Los primeros son aquellos “directivos y mandos intermedios que no escuchan otras opiniones al entender directamente que su idea siempre va a ser la mejor, y son los demás quienes deben adaptarse a ella”. El talante aquí es más dictatorial y falto de empatía. Mientras que quienes lo hacen conscientemente, muchas veces lo hacen por mediocridad o miedo a que los superen a ellos mismos.
Pero, Qué hacer si la víctima eres tú?
El consejo del especialista es armarse de paciencia y seguir trabajando con absoluta normalidad, sin rebajar el nivel de profesionalidad, mientras sigues postulando para un cambio de departamento o empresa.