Los gerentes se quejan rutinariamente de sus empleados de la Generación Y, etiquetándolos de ‘derechosos’, desleales y perezosos, y ahí surgen los conflictos.
Los gerentes de las empresas actuales tal vez necesiten repensar sus propios estilos El primer paso es dejar de lado los estereotipos y darles a los empleados de la Generación Y una oportunidad de mostrar que son capaces.
Una de esas malas ideas es que los de la generación del milenio son derechosos. Los gerentes no se dan cuenta que los milenarios quieren lograr un gran impacto, conectarse con los ejecutivos y participar de oportunidades de desarrollo profesional. Esto no es ser derechoso; es ser personalmente responsable de su propia carrera.
Otro estereotipo es que los milenarios carecen de la lealtad a la empresa y esto es al menos parcialmente cierto: la estancia promedio en una empresa para la Generación Y es de dos años (en comparación con cinco años de la Generación X). Pero esas cifras no cuentan toda la historia. Los milenarios necesitan retroalimentación regular y una serie de expectativas para poder mejorar y sentirse comprometidos.
Las empresas simplemente no se pueden dar el lujo de perder talentos de la Generación Y porque en los próximos 10 años serán la mayoría de la fuerza laboral mundial. La verdadera oportunidad para unir ambas generaciones son los programas de mentores.