Las conversaciones sobre ascensos pueden ser tensas, tanto para la persona que lo solicita como para usted, su jefe. Su primer instinto podría ser considerar si el empleado es «el mejor» para el nuevo puesto, pero es preferible concentrarse en sus habilidades.
Pregúntese: ¿qué necesitará esa persona para hacer bien el trabajo? Después hágale saber la respuesta. Por ejemplo, podría decir: «Necesitarías aprender a usar Excel o a hacer presentaciones». Este es un mensaje mucho más simple de transmitir que: «No sé si tienes lo que se requiere para un puesto superior todavía».
Al descomponer el puesto en las habilidades requeridas, desmitificará el ascenso y lo hará más accesible para el empleado. Además, es mucho más sencillo y rápido para que usted pueda solicitar que el postulante al puesto aprenda nuevas habilidades.