La renuncia es parte de la vida. Así lo entienden muchas personas que en ocasiones no se siente cómodos con el trabajo que vienen realizando, aunque el motivo depende de uno es importante analizar bien la decisión.
A continuación, te dejamos algunas preguntas que puedes realizarte antes de dejar tu trabajo:
- ¿Estoy renunciando demasiado temprano?
En el camino hacia el éxito incluso hasta las personas más preparadas y talentosas se enfrentarán con inconvenientes. Un tope de velocidad nunca será razón de detener un plan por completo. Si determinas que el obstáculo es “superable” –he ahí una buena razón para pasarlo– es demasiado temprano para tirar la toalla.
- ¿Estoy abandonando mi meta por una razón emocional o estratégica?
Emprendedores y líderes de negocios fijan metas desafiantes con grandes objetivos. Puesto que el nivel de dificultad es alto, las horas largas, los baches y los pesimistas no se hacen esperar. Como alguna vez dijo Vince Lombardi: “El cansancio nos hace cobardes”.
Y efectivamente, los retos mencionados anteriormente pueden tirar hasta al más energético y seguro de sí mismo. En momentos de vulnerabilidad sé cauteloso y no cedas a la tentación de tomar la vía fácil. Si cambiar de dirección es un buen movimiento para tu empresa, hazlo solo porque es la estrategia apropiada y no porque sea el camino menos pesado.
- ¿Ya di mi máximo?
Es fácil vivir con la decisión de haber dejado tu objetivo de lado cuando te ves a ti mismo en el espejo y ves a una persona que ya lo ha dado todo.
Pero si el reflejo es de alguien que no hizo su máximo esfuerzo, es ahí donde entra la duda. Si invertiste el cien por ciento de tu trabajo, podrás seguir adelante sin arrepentimiento, pero si no lo has hecho, continúa hasta cumplir tu visión o haber agotado tus esfuerzos.
- ¿Tengo la actitud y la energía correcta?
Tal vez la estrategia, tu equipo de trabajo e incluso el timing están en la posición correcta, pero el problema eres tú. Haz un check up mental y toma el control. Estar desgastado te hace estar muy por debajo de tu potencial. Averigua la manera de revitalizar tu espíritu y sigue adelante.
Cuando llegues a este punto podrás decidir si quieres dejarlo todo o no. Solo haciéndote estas preguntas obtendrás la confianza que necesitas para saber si has tomado la decisión correcta.