Integradores, innovadores, defensores, puentes y pioneros. Parece que los trepas y los compañeros tóxicos son los que se llevan la palma cuando hablamos de realidades existentes en una oficina. Se trata de personas que influyen en la productividad del grupo y que requieren de un sobreesfuerzo por parte de los demás para que todo fluya pero, ahora, Gwen Moran, colaborador de FastCompany.co, nos revela que no todo se reduce a este tipo de camaradas.
En lo primero que Moran hace especial énfasis es en los resultados del último informe «Employee Job Satisfaction and Engagement», llevado a cabo por la Society of Human Resource Managers (SHRM), que concluyó que las relaciones con los compañeros eran «muy importantes» para el 44% de los empleados, Hasta un 79% de ellos, asimismo, se mostraron satisfecho con esas relaciones. Analizados los datos, el colaborador afirma que «tal vez nuestros compañeros de trabajo no son tan malos como los pintamos» e incide en que los directores de RRHH «deberían tomar nota de cinco tipos de compañeros de trabajo que todo el mundo necesita en la oficina». ¿A qué tipos de compañeros se refiere Moran?
El integrador, aquel que entiende el contexto que rodea al problema más allá del propio problema y mantiene cohesionado al equipo. Es habitual que también se pare a escuchar las ideas de los demás y tenga en consideración su opinión antes de seguir adelante con su trabajo.
El innovador, aquel que aporta un punto de vista fresco ante las situaciones y busca maneras alternativas de capear los problemas y mejorar la eficiencia del equipo.
El defensor, esto es, el que no tiene miedo de hablar por sí mismo o por los demás, siempre que considere que algo es injusto y que necesitan o se merecen algo que no están recibiendo.
El puente, aquel compañero que favorece que la información y la conexión entre la gente fluya.
El pionero, que gracias a su capacidad de ver un proyecto o un problema desde distintas perspectivas, son idóneos para adaptarse a distintos entornos.