Workaholics: adicción al trabajo

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Trabajar, cumplir objetivos, avanzar, obtener mejores retribuciones económicas, son metas esperables y necesarias para cualquier profesional; sin embargo, a veces éstas se convierten en una obligación autoimpuesta y excesiva para algunas personas, volviéndose una adicción, en donde el aspecto laboral pasa a ser la prioridad en sus vidas.

El avance de las tecnologías y el ritmo de vida acelerado, lleva a la sociedad a moverse frenéticamente, intentando alcanzar la evolución vertiginosa de la economía de mercado. Somos testigos de cómo el deseo de ascender en la empresa y de alcanzar mayores objetivos, hace que se amplíen las jornadas de trabajo y los profesionales pasen cada vez más tiempo en sus trabajos que en su propio hogar.

Frente al mencionado panorama, lo ideal es que las personas fuesen capaces de controlar este exceso de trabajo a tiempo. Sin embargo, hay personas que no pueden ponerse límites y la adicción al trabajo se hace difícil de manejar, éstos son los denominados “workaholics”, una tendencia moderna que es absolutamente perjudicial para las personas. Tanto así, que está comprobado en diversos estudios mundiales, que trabajar más de doce horas al día aumenta en un 37% la posibilidad de padecer alguna enfermedad.

Además, el exceso de trabajo, o la adicción a él, puede traer repercusiones negativas que van desde la irritabilidad, pérdida del apetito, desgaste tanto físico como psicológico, hasta una profunda depresión.

Pero esta condición no sólo trae consigo efectos a nivel personal, sino también en la relación con el entorno, particularmente con la familia, ya que los tiempos para compartir son cada vez menos, los temas en común van escaseando y peor aún, los cambios físicos y psicológicos les afectan directamente a quienes nos rodean.

¿Soy un trabajólico?

Existen algunos patrones que indican cuándo una persona podría estar cayendo en una “adicción al trabajo”, como por ejemplo trabajar permanentemente mucho más tiempo de las horas establecidas, llevarse trabajo para la casa cotidianamente, no tener tiempo para descansar o evitar tomarse vacaciones prefiriendo trabajar, así como dejar de lado constantemente a la familia los fines de semana por asuntos laborales.

Existen casos aún más extremos en que las personas viven constantemente pensando en sus tareas pendientes y les acompaña una sensación permanente de culpa, tensión o temor si no están trabajando, incluso en sus horas de descanso.

Pese a que el panorama parece no muy auspicioso, hay ciertas herramientas que las personas pueden usar cuando sientan que pueden detener a tiempo esta nociva tendencia, por ejemplo fijar horarios establecidos para el trabajo y cumplirlos, lo mismo para los tiempos de descanso.

Además, es importante que las personas se organicen para cumplir con sus obligaciones en el trabajo, fijándose metas alcanzables, de lo contrario y si siente que las tareas le sobrepasan, deberán permitirse contar con ayuda externa de compañeros de trabajo o superiores.

Otra buena alternativa es buscar actividades extraprogramáticas, ya sea sólo o acompañados para tener tiempos de diversión y descanso, de manera que el trabajo no se transforme en la única filosofía de vida.

Es de vital importancia que las personas descubran a tiempo que su vida se está desequilibrando, si ya no les es posible solucionarlo con sus propias herramientas, la mejor alternativa es buscar ayuda en un especialista, por ejemplo un psicólogo. Lo importante es tener claro que mayor tiempo de trabajo no significa necesariamente mejor calidad en éste. 

Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú señala que, “trabajar horas extras o dedicarle tiempo completo al trabajo, no significa que los resultados de éste sean mejores. Debemos saber que no vivimos para trabajar. Hay que establecer  límites, para eso es fundamental que las empresas fomenten la vida familiar de sus trabajadores, respetando los horarios de trabajo, ya que debemos tener claro que la adicción al trabajo no va ligado necesariamente a buenos resultados”.

 

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