Por Cristina Mejías ( Argentina)
Consultora de Carrera, www.materialescmejias.com.ar
El despido de un empleado es un proceso que genera muchas emociones y ansiedades, no sólo para el colaborador que será desvinculado sino también para quien ha tomado la decisión y debe comunicarlo.
En efecto, aquel que deberá comunicar el despido escuchará diversos comentarios, tanto de la persona afectada como de otros miembros de la organización:
"¡Trabajé para esta compañía 15 años! ¡Y ahora me echan!"; "Tiene tres hijos en edad escolar. ¿Qué va a hacer ahora?"; "Acaba de comprarse una casa con crédito. Y ahora lo dejamos en la calle".
Asimismo, la persona que comunicará el despido podría enfrentarse a sus propios cuestionamientos:
"¿Hice lo suficiente para ayudarlo?"; "¿Esto me puede pasar a mí algún día?"; "¿Qué pasa si se enoja conmigo?"
No hay entrenamiento formal que nos prepare totalmente para esta tarea. Sin embargo, es posible brindar algunas pautas que nos ayudarán a afrontar la situación de la mejor manera posible.
Un proceso de desvinculación "exitoso" para la empresa: Significa que sus responsabilidades legales y éticas estén protegidas, que su imagen interna y externa quede intacta y que el impacto sobre el espíritu del resto de los colaboradores y de la productividad de la compañía sea mínimo.
Un proceso de desvinculación "exitoso" para el colaborador: Significa haber podido escuchar y comprender la información necesaria sobre los motivos y alcances de su salida, conocer cómo serán los próximos pasos a seguir y sentir que se lo trata con dignidad, de forma tal de no dañar su autoestima.
El momento de la decisión y comunicación es uno de los más difíciles y exige mucha responsabilidad para quien debe realizarlo. Requiere disciplina, juicio y sensibilidad. En síntesis, demanda una comprensión cabal del balance entre las necesidades de la persona y las de la compañía.
La preparación de la entrevista
El punto de partida de un proceso exitoso es una adecuada planificación. Para esto, es necesario considerar las siguientes pautas:
- Prepararse adecuadamente para hacerlo. No hay espacio para la improvisación.
- Comunicar el mensaje de manera clara y precisa, respetando la estructura preacordada.
- Prever las posibles reacciones del colaborador y establecer un plan de acción para afrontarlas.
- Definir y estructurar los próximos movimientos de la persona que se desvincula: ¿qué hará cuando salga de la habitación? ¿Adónde irá? ¿A quién verá?
- Tener preparado un documento para entregar a la persona, donde se detallen los beneficios de outplacement que la empresa tenga previstos para la ocasión.
La entrevista
- Invite a la persona a tomar asiento.
- Trate el punto directamente, sea específico.
- Explique y sea claro acerca de las medidas tomadas y sus razones.
- Escuche al colaborador y espere su respuesta.
- Repita el mensaje si es necesario.
- Siga el esquema de entrevista preacordado.
- Explique brevemente el paquete de salida, sin entrar en demasiados detalles.
- Explique cómo sigue el proceso. Brinde detalles sobre el programa de outplacement, en caso de tener uno.
- Acompañe al colaborador a su próximo contacto.
Lo que no se debe hacer
- No reciba a la persona con frases como "me da gusto verlo" o "cómo está".
- No entable una "pequeña conversación" sobre asuntos triviales. Esta no es una entrevista de evaluación.
- No haga bromas ni intente ser simpático.
- No se disculpe por la decisión.
- No esté a la defensiva ni se justifique.
- No intente minimizar la situación.
- No personalice el enojo.
- No realice ataques personales al colaborador o a la compañía.
- No diga "yo sé cómo se siente" o "ya estará mejor".
- No diga: "Esto no fue idea mía. Si dependiera de mí, no lo despediría".
- Nunca mencione ideas o comentarios de otros colaboradores.