Por Jorge García Valcárcel (jorgegarcia@capitalhumano.com.do)
¿Quién no ha “soñado” alguna vez con abandonarlo todo y marcharse a vivir a un lugar tranquilo con su familia?. Sin necesidad de llegar a estos extremos, el trabajo y la vida privada pueden ser compatibles.
Una gran parte de los profesionales ha aceptado con resignación que sus aspiraciones profesionales pasaban inevitablemente por renunciar a una parte importante de su vida privada. Problemas de estrés, conflictos de pareja, divorcios, renuncia a la maternidad en el caso de las mujeres… son, todavía, la otra cara de la moneda del éxito profesional.
Pero algo está cambiando en el mundo laboral. Según un estudio del IESE en España, un 22% de las organizaciones tienen políticas de conciliación familiar para sus profesionales. Así, ser directivo y disponer de tardes libres es posible para quienes trabajan en empresas como Procter & Gamble o IBM, algunas de las empresas que forman ese selecto club que inculca a sus empleados la idea de que hay vida más allá de la oficina.
Este cambio está siendo posible porque la tecnología permite a las empresas ser más flexibles, pero hay detrás sobre todo una razón fundamental y es la lucha por el Talento.
Aunque estamos en un año difícil para la economía mundial, desde ya comienza a sentirse en el mundo corporativo la disputa por el Talento. En pleno siglo XXI, el 50% del talento mundial lo tienen las mujeres, y para ellas es fundamental la flexibilidad y muchas empresas se están preparando para ofrecer dicha flexibilidad y así ser atractivas para el talento profesional.
La mala noticia es que alcanzar el soñado equilibrio también exige superar otro obstáculo, con frecuencia aún más insalvable y es que en numerosos casos el principal impedimento para alcanzar este equilibrio está en las personas, no en la empresa. Por esto, es que la responsabilidad debe ser compartida entre la empresa y el empleado.
La mayor barrera especialmente en los hombres, para demandar o solicitar dicha flexibilidad, es el temor a perder el empleo o las oportunidades de promoción.
Para las empresas las principales barreras son el miedo al cambio, los prejuicios y las restricciones de presupuesto; pero todas estas barreras pueden ser solventadas logrando que la flexibilidad sea parte de la cultura empresarial, que los empleados se midan y orienten a la productividad y logro de objetivos (Utilizando técnicas como el Team Building) y no a ser evaluados por el N° de horas que pasan en la oficina y por ser vistos a altas horas de la noche en su escritorio. Y en el caso del presupuesto se deben medir el nivel de rotación de los empleados y el coste que tiene para la empresa reemplazar el talento. Estas políticas de flexibilidad garantizan la inversión que se ha realizado en desarrollar y formar a su personal, así como la consecución de Proyectos a largo plazo.
La flexibilidad logra crear una solución a problemas que se plantean a diario como cuando las madres aspiran a triunfar en el trabajo, las vacaciones de la familia no coinciden, intereses de la pareja en conflicto, comidas y encuentros de trabajo extra laborales, cuando la salud se resiente, asistencia a actividades que organiza la empresa, etc.
El mundo continua cambiando y cada vez más rápido, y necesitamos atraer al mejor Talento Humano para que nos empuje hacia el logro de los resultados, para eso el empresario no sólo debe contar con buenos productos o servicios, sino debe lograr que su empresa sea admirada por estudiantes y profesionales de éxito, debe lograr que el talento llame a su puerta.