Por Iris Reyna, Consultora en Cultura, Clima y Cambio Organizacional.
Cuando Peter Drucker, el gurú del management, dijo que “La cultura se come la estrategia en el desayuno” no podía tener más razón.
De hecho, diversos estudios dan cuenta que las empresas con una cultura fuerte (compartida por todos) y alineada (todos empujan en la misma dirección) tienen 4 veces más retorno que las empresas con culturas débiles, fragmentadas y dispersas.
Hoy, cualquier buen gerente se preocupa por desarrollar una cultura adecuada para su organización, aunque no necesariamente sepa cómo hacer para mejorarla.
Si bien desarrollar una estrategia cultural e implementarla es un trabajo de filigrana, hay 3 acciones que son clave para lograrlo:
1. Convertir la Misión, Visión y Valores (MVV) de la organización en metas operativas.
Se puede tener la misión más loable, la visión más atrayente y los valores más trascendentes, sin embargo, si estos están desconectados del día a día, no servirán para nada.
La motivación, compromiso y alineamiento de cada trabajador está determinado en gran medida por la vinculación de sus metas con la MVV. Como dice el viejo adagio “Es muy diferente poner un ladrillo para hacer un muro que poner un ladrillo para construir una iglesia”.
De hecho, una de las características en empresas que tienen un bajo clima laboral es que los trabajadores perciben que la MVV no se condicen con el quehacer cotidiano, generándose una dañina cultura de incoherencia.
Existen diversas métodos para lograr este ansiado alineamiento, que van desde tableros de mando (balance scorecard, OKR, KPI, etc.), hasta definición de competencias y comportamientos.
Lo clave aquí es tomar consciencia de su importancia y querer hacerlo, pues requiere que se lidere con el ejemplo desde lo más alto de la organización y, tomar decisiones difíciles ante las desviaciones.
2. Reclutar y retener a las personas adecuadas para la cultura.
Todo esfuerzo de motivar, entrenar, desarrollar, etc., al personal caerá en saco roto si la persona no es la adecuada, no comulga con la cultura de la organización o, simplemente, no da la talla. ¡Contratar a las personas equivocadas es el error más caro que cometen las empresas! Y, mientras más alto el puesto, más grande el error y la pérdida que trae asociada.
De hecho, la siguiente estadística ilustra cuán mal reclutan y contratan las empresas: casi el 20% de los empleados se van antes de que finalice su primer año de empleo. Es decir, todo el esfuerzo para reclutar, capacitar, supervisar y formar se va por el sumidero.
No es coincidencia que las empresas top no externalizan sus procesos de reclutamiento y selección ya que los consideran un factor crítico para la salud de la empresa y su rentabilidad a largo plazo. Asimismo, invierten excelentes reclutadores, en entrenar a sus gerentes y mandos medios en técnicas de entrevistas basadas en competencias y llevan a cabo minuciosos procesos para seleccionar a la persona adecuada.
3. Mantener un buen clima laboral
Un ambiente de trabajo respetuoso, coherente, colaborativo, amistoso y divertido no se contradice con un ambiente de alto desempeño. Muy por el contrario, en un buen ambiente de trabajo las personas tienen menos miedos y resistencias que los estresen, distraigan y perturben su funcionamiento.
Es muy claro para todos que cuando uno está secuestrado emocionalmente por el miedo, rabia, frustración u otros sentimientos perturbadores, es casi imposible concentrarse adecuadamente en el trabajo o mantener buenas relaciones interpersonales.
Si esto sucede a nivel individual, imaginemos lo que sería tener cientos de personas trabajando en un ambiente estresante y perturbador. Pues, esta es una realidad en muchas empresas.
Para lograr altos niveles de concentración y desempeño es vital haber dejado las cargas emocionales y psicológicas de lado y esto pasa por: – Saberte en el camino cierto y sentir el apoyo y confianza de tus jefes- Vibrar ante los desafíos y sentir libertad para expresarlo – Contar con colegas y amigos laborales, y sentir que “perteneces”- Divertirte, reírte y gozar de las horas en el trabajo (ya sea online o presencial)-
Sentir el respaldo de la organización en tus metas y desarrollo profesional. La lista podría seguir creciendo, pero la dejo ahí porque el punto está transmitido: ¡Un buen ambiente laboral es fundamental! Y no debe confundirse con un ambiente de relajo, permisivo o irresponsable. ¡Para nada! La disciplina, la responsabilidad y el compromiso son elementos inseparables de un buen ambiente de trabajo de calidad.
Sobre la autora:
Consultora en Cultura, Clima y Cambio Organizacional. Entrenadora de líderes. Más de 25 años de experiencia internacional como gerente de Recursos Humanos, consultora y entrenadora.
Especialidades: Cultura, Clima y Cambio Organizacional, Entrenadora de líderes.
Educación: Psicóloga; MBA PAD-IESE; Ms Ciencia Política PUCP; Diploma EEGG Ciencias PUCP; Lean Six Sigma Black Belt, Calidad PUCP; Building Corporate Culture, Stanford.
Trabajó en Mobil Oil, Exxonmobil, Oxfam Gran Bretaña, Hipermercados Tottus.
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