Perdí a mi Líder…y ¿ahora?

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Por Gilberto Rigolon, Head of Human Resources Nestlé Perú – Bolivia 

Cuando llegué en Perú hace 5 años uno de mis primeros retos fue hacer una presentación (presencial 😊) para todos los colaboradores administrativos de Nestlé Perú, con un anuncio muy importante para comunicarles a todos.

Además de prepararme bastante para la presentación (en especial con mi portuñol de iniciante), siempre me ha gustado hacer analogías con humor durante mis presentaciones y empecé desesperadamente a buscar personajes considerados “Líderes” en el Perú.

En esa búsqueda encontré a Ricardo Gareca, uno de los líderes más queridos en el fútbol por todos los peruanos… en todo caso lo era en esos años…

¡¡Logramos conseguir una peluca rubia, convencimos a mi jefe de utilizarla y hablar “porteño” y listo!! ¡Presentación exitosa con un mensaje potente para todos!

Después de este evento, me transformé en un fan de Gareca y cuando logró clasificar a la selección de fútbol de Perú al mundial de Rusia, entonces ¡Dios mío! un ídolo, un mito.

Hace pocos días que Gareca decidió dejar de entrenar a la selección de fútbol de Perú y sé que fue una noticia no muy satisfactoria para muchos… ☹

Y es que cuando perdemos un líder al que admiramos, varios sentimientos se exteriorizan: ¿qué? frustración, sesión flash back, en especial de los éxitos… para finalmente llegar a una fase de incertidumbre …“¿qué va pasar ahora?”, ¿Quién va venir? ¿será mejor?  

En el mundo corporativo no es tan diferente….

Sabemos que hay ciclos para todo y para todos (cortos, largos, buenos, malos) y siempre debemos estar preparados para enfrentar este tipo de situación.

Gratitud con la persona que se va, y apoyo a la que viene

En varios cambios de líderes, he visto todos los tipos de reacciones y comportamientos en las personas: los felices, los tristes, los indiferentes… todos con una historia para compartir… Sin embargo, muchos de ellos invierten demasiada energía y tiempo en “especular” el porqué de los cambios y lo que va pasar… y  pierden una súper oportunidad de desarrollo personal y profesional, pues un cambio de líder es uno de los momentos de nuestra vida profesional donde más aprendemos.

Siempre que tengamos un cambio de líder, lo primero que debemos hacer es una reflexión de aprendizaje:

¿Qué he aprendido con este líder? ¿Cuáles son las características que me inspiran a ser como él (ella)? ¿Cuál es su legado para mí? ¿Qué no he hecho bien y podría hacer mejor? ¿Qué debo continuar haciendo con el líder que llega?

Muchas veces no nos detenemos a pensar en esto, es más, nos enfocamos solo en mirar las “oportunidades” que esta persona tuvo, en lo que dejó de hacer o no hizo bien (somos buenos en buscar defectos y pésimos en reconocer lo que ha funcionado bien), y nos olvidamos en ser gratos con el líder que se va.

Recordemos que cuando nos damos la oportunidad de tener gratitud con nuestro líder, nos damos la oportunidad de reflexionar y encontrar aprendizaje para nosotros, de esta forma, evolucionamos cómo profesionales y como personas, por esto siempre vale un agradecimiento.

Empezar de nuevo

Cuando llega el nuevo líder, es muy probable que aún no lo conozcas tan bien como al anterior y viceversa. Así que de seguro va a ser diferente esta relación, seguro que vas a pasar por una fase de adaptación, y lo más seguro es que tu nuevo líder va a necesitar que tu equipo lo apoye.

Es natural que tengamos comparaciones, siempre las hay, porque somos humanos y así funciona para todo… pero lo que no podemos considerar natural es que el equipo no apoye al nuevo líder… no tenga empatía con su situación… no logre entender la oportunidad enorme de reaprender, re inventarse, de implementar nuevas ideas, de conocer un estilo diferente, de generar nuevos conocimientos, de ganar experiencia para el trabajo y para la vida ¡la oportunidad de empezar una nueva historia!

Debemos creer (y pelear para que se concrete) que todos los cambios vienen para mejorar, esta debe ser la expectativa y el objetivo de todos involucrados en un cambio. Pues nadie quiere hacer cambios para empeorar.

Existe este dicho popular en Brasil: “Time que esta ganhando nao se mexe”, que quiere decir, si tenemos buenos resultados ¿para qué cambiar?

Y esto se ve mucho en las empresas, pero debemos siempre retar este dicho… así tengamos buenos resultados, podemos seguir retando y buscar resultados aún mejores.

Mejorar todos los días debería ser nuestra meta. Y cuando tengamos un cambio de líder, no debería ser diferente.

Las transiciones de líder más exitosas que he visto en mi vida laboral han sido cuando los equipos decidieron recibir al nuevo líder con la mente y con el corazón abierto, con ganas de apoyar y con resiliencia para entender que va a ser diferente. Pero que ¡puede ser mejor! ¡Cuando tenemos esta mirada de todos, ¡todos ganamos!

La confianza y el resultado se construye con el tiempo, con mucho esfuerzo, inteligencia emocional y ganas de trabajar en equipo.

Y tú, ¿estás listo para practicar la gratitud con la persona que se va, y el apoyo a la que está llegando?


Sobre el autor:

Gilberto Rigolon

Profesional con más de 30 años de experiencia en Recursos Humanos en empresas multinacionales como Nestlé, IFF-International Flavours & Fragrances, Compaq Computers, BAT-Britsh American Tobacco y Philips. Graduado en Matemática con mención en Tecnología. Posgrado en Gestión Empresarial y Recursos Humanos. MBA Internacional en Estrategia Empresarial.


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