Por Patricia Llaque, profesional de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
Cada vez surgen con más fuerza nuevas investigaciones que evidencian la estrecha relación existente entre las características del entorno laboral y las expresiones físicas y psicológicas con las que los trabajadores responden a dicho contexto. El mensaje es claro: “si queremos espacios de trabajo productivos debemos crear experiencias laborales flexibles y dinámicas que contemplen aspectos como el físico, el digital, el emocional, el intelectual, entre otros“.
Estrés y productividad
Según la Universidad de California, Berkeley, uno de los mitos que persiste en el mundo de los negocios es que los lugares de trabajo poco estresantes facilitan la distracción y un exceso de relajación, impidiendo que los trabajadores rindan de manera productiva. Sin embargo, sus investigaciones confirman que dichos entornos de trabajo presentan el efecto opuesto, es decir, bajos niveles de fatiga y ansiedad, elevadas cotas de compromiso y altos niveles de satisfacción general.
Asimismo, apunta a que es posible que organizaciones basadas en estrategias de alto estrés y competitividad, donde existe una incesante demanda de cumplimiento de objetivos, obtengan niveles aceptables de productividad a muy corto plazo. Pero ya no cabe duda de que “quemar a la gente” se traduce en una pérdida continua de productividad debido al estrés, al agotamiento, a la irritabilidad, al exceso de preocupación, a la creciente frustración, a la privación de sueño, a los desórdenes alimenticios…, lo que crea las condiciones ideales para que el talento abandone el lugar de trabajo. UN HORARIO CARGADO DE LA MAÑANA A LA NOCHE NO ES SALUDABLE PARA NADIE, NI FÍSICA, NI MENTAL, NI EMOCIONALMENTE.
Otras pérdidas de esta pandemia
Durante esta crisis sanitaria, que aún nos acompaña, ¿qué efectos estamos experimentando a nivel emocional y mental?
- Pérdida de pertenencia a una identidad social, resultado de la omnipresencia digital como forma preponderante de interacción.
- Pérdida de la sensación de seguridad desde que uno sale de casa hasta que vuelve a ella, y en algunos casos incluso en la propia casa.
- Pérdida de autonomía ya que solo podemos relacionarnos con otros bajo ciertas condiciones o protocolos que limitan nuestros tiempos, formas y lugares.
- Pérdida del valor individual, debido a que las plataformas de conexión como Zoom se convocan principalmente para el cumplimiento de objetivos laborales.
En los próximos años seremos testigos de la eclosión de modelos híbridos innovadores que no solo deberán dar respuesta a las cuestiones físicas y regulatorias que subyacen en el trabajo distribuido, sino que deberán cubrir aspectos emocionales y mentales como los arriba mencionados.
Nuevos rumbos
En línea con lo anterior era de esperar que el apoyo a la salud mental y al bienestar de los empleados sea uno de los deseos y demandas prioritarias de cualquier trabajador.
Sin duda, el lugar de trabajo del futuro es aún incierto y los líderes empresariales seguirán enfrentándose a insospechados desafíos en este 2021. Para ayudar a marcar el rumbo, informes recientes de PwC revelan cinco puntos claves con el fin de orientar a los Directores de Recursos Humanos en el rediseño y adaptación de las estrategias de recuperación y de los planes de transición.
Con los datos de las encuestas realizadas a miles de empleados y ejecutivos en Estados Unidos a lo largo de 2020, dichos informes desvelan las prioridades críticas que deben asumir los líderes RH, desde el fomento de la seguridad y el bienestar en el lugar de trabajo hasta la implementación de la tecnología que promueva el compromiso.
A ti que te gusta estar al día de las tendencias, ¿cómo entiendes y cómo tu organización lleva a la práctica el siguiente extracto del informe?: la inversión en Salud Mental puede generar dividendos. Según corrobora la Organización Mundial de la Salud por cada dólar invertido en mejoras dirigidas a la salud mental, se ganan 4 dólares en productividad.
Sobre el autor:
Patricia Llaque
Profesional de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con experiencia en empresas y organizaciones internacionales. Máster en Neuropsicología Clínica y Máster en Ciencias Cognitivas. Trabaja en la intersección de la Inteligencia Artificial y la Psicología Cognitiva y del Comportamiento, con énfasis en la investigación del impacto de la tecnología sobre el desarrollo humano. Su trabajo se focaliza en la consecución de nuevos valores y propósitos dentro de una cultura organizacional basada en la persona. A través de su marca registrada OnWell participa también en la divulgación de la ciencia y la investigación, dando visibilidad a referentes femeninos, y en el acercamiento al lado más amable de la tecnología, a aquellos algoritmos y soluciones que se diseñan bajo el prisma de la ética social y la sostenibilidad.
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