¿Cómo desarrollar la Resiliencia?

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La diferencia entre las personas felices y las que no lo son depende de la forma en que aceptamos y manejamos situaciones difíciles.

Esa diferencia la hace la resiliencia, ser capaces de superar perturbaciones, traumas, adversidades o situaciones de alto riesgo y estrés, recuperarnos y salir fortalecidos. Esta es la diferencia entre las personas resistentes y las resilientes, las resilientes aprenden de esa situación y salen fortalecidos para la siguiente, las resistentes se ponen un escudo de dureza que tarde o temprano se romperá y una vez que se rompe es cuando podemos continuar adelante y hacia arriba, es decir, ser resilientes.

Un punto importante es que todos podemos ser resilientes. Unos lo son naturalmente y otros tenemos que trabajar para desarrollarla. A continuación, te dejamos algunos efectivos pasos para que puedas desarrollarlos: 

  1. Mejora tu autoestima y confianza en ti mismo. Cuesta mucho más levantarte y seguir adelante tras un contratiempo cuando crees que te lo tenías merecido, y resulta mucho más fácil aprender de los malos momentos para evitar que vuelvan a ocurrir si te quieres lo suficiente como para decir: “Ok, ¿qué puedo aprender de esta experiencia?”. 
    Una buena autoestima actúa de escudo contra los comentarios dolorosos, te ayuda a aceptar abiertamente los cumplidos y te permite considerar objetivamente las críticas constructivas.
  2. Acepta las situaciones. Evita ver las situaciones o crisis como problemas insuperables. No puedes cambiar el hecho de que situaciones estresantes suceden, pero sí puedes cambiar la forma en cómo decides interpretar y responder a esos eventos. Trata de ver un poco más allá del presente cómo las circunstancias futuras podrían ser un poco mejor. Aceptar el cambio es parte de nuestra vida. Algunas metas puede que ya no sean alcanzables debido a situaciones que no puedes controlar.
  3. Manejo de emociones. Las personas resilientes tienen la habilidad de saber experimentar tanto las emociones negativas como las positivas aún en las situaciones difíciles. Ante situaciones difíciles las personas no tan resilientes sienten puras emociones negativas. De diferente manera las personas resilientes tienden a encontrar algo positivo hasta en las peores circunstancias; no evaden la situación, simplemente ven algo bueno en lo que está sucediendo.
  4. Desarrolla creencias expansivas. Recuerda que la forma en que interpretas las situaciones es fundamental para ser resiliente. Para esto es indispensable que practiques el desarrollar creencias que te apoyen mental y emocionalmente. Algunas creencias que puedes tener son: Controla lo que puedes controlar, lo que no, suéltalo Cada problema o situación es una oportunidad para algo Se vive para aprender Reconocer los errores y aprender algo de ellos aumenta la confianza.
  5. Describe tu plan de acción. Para sobreponerte a las adversidades es fundamental que aprendas a desarrollar planes realistas con los pasos específicos para llevarlo a cabo. Empieza con pequeñas acciones fáciles de realizar, con esto incrementarás tu confianza y motivación para seguir. Visualiza dónde quieres estar después de esa situación, mantén una actitud optimista. Y, por último, celebra cada pequeño y gran logro que vayas alcanzando.
  6. Ríete. Reírse frente a la adversidad puede ser muy sanador, tanto para el cuerpo como para la mente. “Cuando sales de la tormenta no eres la misma persona que entró en ella. De eso se tratan las tormentas”.
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