Reducción de jornada laboral en Perú: ¿oportunidad o amenaza para las empresas?

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Perú destaca por ser uno de los países con la jornada laboral más larga en América Latina, según Bloomberg.

Mayo 2024. En los últimos años, el debate en torno a la reducción de la jornada laboral ha cobrado fuerza a nivel global, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los colaboradores y aumentar su productividad. Mientras que países de la región como Chile y México han dado los primeros pasos hacia su implementación, en el Perú predominan el escepticismo y la cautela ante esta medida por parte de empresarios y sectores económicos clave.

Actualmente, la jornada laboral máxima permitida en Perú es de 48 horas semanales, según lo establece la legislación vigente. Gremios sindicales y un porcentaje reducido de la empresa privada han manifestado su respaldo a explorar una reducción progresiva de estas horas, pero, la falta de un impulso político sólido y la desaceleración económica han frenado los avances en esta materia.

Orlando Borja, Chair de Vistage Perú, sostiene que instaurar una reducción de la jornada laboral en nuestro país podría impactar los costos operativos de empresas y afectar su productividad en la etapa temprana de su ejecución. Aunque, el mayor obstáculo sería la alta informalidad laboral que alcanza el 70%, donde los horarios son excesivos y variables sin un control adecuado, que complicaría el cumplimiento de la norma a cabalidad.

¿Reducir las horas de trabajo al día o los días en que se labora?

Si bien la reducción a cuatro días laborables sería una medida inviable o de alta complejidad en algunos sectores empresariales como el retail, manufactura, seguridad o de asistencia, debido a sus modelos de negocio de operación continua y atención permanente; por otro lado, los empleadores preferirían reducir las horas diarias en vez de los días de trabajo, según el asesor de empresas.

“Concentrar las 40 horas semanales en jornadas de 10 horas por día tendría un efecto negativo en la productividad y aumentaría los riesgos operativos, lo cual no es técnicamente lo más recomendable. Además, alargar la jornada diaria afectaría la salud mental de los trabajadores, una preocupación reciente para los empleadores», mencionó.

Esta posición se refuerza con el reciente estudio “Reducción de la jornada laboral” de Bumeran, al revelar que un 68% de especialistas en RR.HH. elegiría disminuir solo las horas de trabajo, mientras que un 33%, considera posible aplicar la jornada de los cuatro días a la semana.

Reorganización y adaptación

Bajo esta premisa, las empresas cuyas operaciones pueden adaptarse a una semana laboral más corta tendrán que reorganizar sus procesos, estructuras y sistemas de gestión, para evitar contratar más personal o pagar más horas extras para mantener la misma capacidad operativa con una jornada reducida.

“Esta medida implicaría inversiones en tecnología, automatización y cambios en la gestión del tiempo de trabajo para mantener la productividad y no afectar la salud financiera” sostuvo Borja, que sugiere a las compañías no asociar esta tendencia como una amenaza, sino como una oportunidad para revisar y mejorar los procesos o estrategias operativas y la calidad de vida de los equipos de trabajo al reducir los altos índices de estrés y burnout.



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